Frases de la serie La casa del Dragón (House of the Dragon)
Índice
Temporada 1
Capítulo 1 "Los herederos del dragón"
Capítulo 2 "El Príncipe Pícaro"
Capítulo 3 "El segundo de su nombre"
Capítulo 4 "El rey del mar Angosto"
Capítulo 5 "Iluminamos el camino"
Capítulo 6 "La princesa y la reina"
Capítulo 7 "Marcaderiva"
Capítulo 8 "El Señor de las Mareas"
Capítulo 9 "El Consejo Verde"
Capítulo 10 "La reina negra"Capítulo 1 "Los herederos del dragón"
Cuando el primer siglo de la dinastía Targaryen llegaba a su fin la salud del viejo rey, Jaehaerys, menguaba. En aquellos días, la Casa Targaryen se erguía en la plenitud de su fuerza con diez dragones adultos bajo su yugo. Ningún poder en el mundo podía oponer resistencia. El rey Jaehaerys había reinado cerca de 60 años, en paz y prosperidad. Pero la tragedia había cobrado la vida de sus hijos dejando la sucesión en duda. Así que, en el año 101 el viejo rey convocó a su Gran Consejo para elegir a su heredero. Más de mil lores viajaron hasta Harrenhal. Se presentaron 14 reclamos a la sucesión. Pero solo dos se consideraron, realmente. La princesa Rhaenys Targaryen, la descendiente de mayor edad del rey y su joven primo, el príncipe Viserys Targaryen el descendiente masculino del rey de mayor edad. Se ha declarado por todos los lores principales y los lores vasallos de los siete reinos que el príncipe Viserys Targaryen sea nombrado príncipe de Rocadragón. Rhaenys, una mujer, no heredaría el trono de hierro. Los lores escogieron a Viserys. Mi padre. Jaehaerys convocó a un Gran Consejo para evitar que se librara una guerra por su sucesión. Porque él sabía la dura verdad. Lo único que podría derrumbar a la Casa del Dragón era la casa misma.
- Syrax está creciendo muy rápido. Pronto será tan grande como Caraxes.
- Casi basta para dos monturas.
- Creo que seguiré como espectadora, gracias.- Aquí estás, rodeada de sirvientes, todos enfocados en el bebé. Alguien tiene que atenderte a ti.
- Pronto estarás recostada en esta cama, Rhaenyra. Esta incomodidad es la forma en que servimos al reino. Prefiero servir como caballero e ir a batalla en busca de gloria.
- Tenemos vientres reales, tú y yo. El parto es nuestro campo de batalla. Debemos aprender a enfrentarlo con entereza. Ahora, date un baño. Apestas a dragón.Hay un niño en el vientre de la reina. Yo lo sé. Y mi heredero muy pronto le pondrá fin a toda esta maldita angustia.
- ¿Qué estás haciendo aquí, tío?
- Me siento. Esta podría ser mi silla algún día.
- No si eres ejecutado por traición. No has venido a la corte en mucho tiempo.
- La corte es terriblemente aburrida.
- Entonces, ¿por qué regresar?
- Escuché que tu padre hará un torneo en mi honor.
- El torneo es para su heredero.
- Fue lo que dije.
- Su nuevo heredero.
- Hasta que tu madre dé a luz a un hijo están atrapados conmigo.
- Entonces rezaré por un hermano.- Siempre eres así cuando estás preocupada.
- ¿Así cómo?
- Odiosa. Te preocupa que tu padre te reste importancia con un niño.
- Solo me preocupa mi madre. Espero, por mi padre, que tenga a un varón. Hasta donde recuerdo, es lo que siempre ha querido.
- ¿Quieres que tenga a un varón?
- Yo quiero volar contigo sobre un dragón ver las maravillas más allá del Mar Estrecho y comer pastel.
- Hablo en serio.
- Nunca bromeo sobre el pastel.
- ¿No te preocupa tu posición?
- Me gusta esta posición. Es bastante cómoda.- Pasas más tiempo en esa bañera que yo en el trono.
- Es el único lugar donde encuentro alivio estos días.
- Está tibia.
- Es lo más caliente que los maestres lo permiten.
- ¿No saben que los dragones prefieren el calor?
- Tras este cruel embarazo no me sorprendería que diera a luz a un verdadero dragón.- El bebé es un varón, Aemma. Sí. Estoy seguro. Nunca he estado tan seguro de algo. El sueño fue más claro que un recuerdo. Nuestro hijo nacía usando la corona de Aegon. Y escuché el sonido de galopes estruendosos escudos chocando y espadas desenfundadas y acomodé a nuestro hijo sobre el trono de hierro mientras las campanas de la Gran Septa repicaban y todos los dragones rugían al unísono.
- ¿Nacía usando una corona? Que los dioses me perdonen ya es desagradable dar a luz, tal cual es. Esta es la última vez, Viserys. Ya perdí a un bebé en la cuna tuve dos partos de feto muerto y dos embarazos que no llegaron a término. Son cinco en el doble de años. Sé que es mi deber darte un heredero y lamento si te he fallado, de verdad. Pero he llorado todo lo que puedo por hijos muertos.- Nuestra ciudad debería ser segura para su gente.
- Es cierto.
- Solo espero que no mutiles a la mitad de la ciudad para conseguirlo.
- El tiempo lo dirá.
- Hicimos comandante al príncipe Daemon para promover la ley y el orden. Los criminales deben temer a la Guardia de la Ciudad.- Si tan solo el príncipe mostrara la misma devoción a su esposa que a su trabajo, majestad. No se le ha visto en Valle o en Piedra de las Runas en bastante tiempo.
- Mi perra de bronce es más feliz con mi ausencia.
- Lady Rhea es su esposa, una dama buena y honorable de Valle.
- En Valle, se dice que los hombres se cogen a ovejas y no a mujeres. Se lo puedo asegurar, las ovejas son más hermosas.- Majestad. Si me permite. Durante un parto difícil, a veces se vuelve necesario que el padre tome una decisión imposible.
- Habla ya.
- Sacrificar a uno o perder a ambos. Es posible que podamos salvar al bebé. Se enseña una técnica en la Ciudadela que involucra cortar directo en el útero para liberar al infante. Pero la pérdida de sangre resultante...
- Por los siete infiernos, Mellos. ¿Pueden salvar al niño?
- Debemos actuar ahora o dejarlo en manos de los dioses.- Me pregunto si, con esas pocas horas de vida de mi hermano mi padre finalmente encontró la felicidad.
- Tu padre te necesita más de lo que jamás lo ha hecho.
- Yo nunca seré un varón.- La sucesión se ha declarado, por precedente y por ley. ¿Debemos decir su nombre? Daemon Targaryen.
- Si Daemon permanece como el heredero sin disputa podría desestabilizar al reino.
- ¿Al reino o a este consejo?
- Nadie aquí puede saber lo que Daemon haría si fuera rey pero nadie puede dudar de su ambición. Miren lo que hizo con los Capa Dorada.
- La Guardia de la Ciudad es ferozmente leal a él. Un ejército de dos mil soldados.
- Un ejército que tú le diste, Otto. Nombré a Daemon Maestro de Leyes, pero dijiste que era un tirano. Como Maestro de Moneda, dijiste que haría un despilfarro que acabaría con el reino. Poner al mando de la Guardia de la Ciudad a Daemon fue tu solución.
- Una medida desesperada, majestad. La verdad es que Daemon debería estar lejos de esta corte.
- Daemon es mi hermano. Mi sangre. Y tendrá un lugar en mi corte.- Daemon tiene ambición, sí, pero no por el trono. Le falta paciencia para ello.
- Los dioses aún no han creado a un hombre sin paciencia para el poder absoluto. Bajo las circunstancias parecería ser algo prudente que el rey nombrara a un sucesor.
- ¿Quién más podría reclamarlo?
- El primer hijo nacido del rey.
- ¿Rhaenyra? ¿Una mujer?¡Mi esposa e hijo están muertos! No me sentaré a enfrentar cuervos que vienen a deleitarse con sus cadáveres.
Cuando mi madre murió las personas me hablaban en acertijos. Y yo solo quería que alguien me dijera que lamentaba lo que me había pasado. Lo siento mucho, majestad.
Anoche el príncipe Daemon le pagó a una de las casas de placer en la calle de la seda para entretener a los oficiales de la Guardia de la Ciudad y otros amigos. El rey y el consejo desprecian mi posición como el siguiente en línea al trono. Pero por mucho que lo deseen al parecer no soy tan fácil de sustituir. Los dioses dan tanto como los dioses quitan. Él brindó por el príncipe Baelon. Por el hijo del rey. Llamándolo "Heredero por un día". Corroboré este informe con tres testigos diferentes. La velada fue, según dicen una celebración.
- Tienes la silueta de un conquistador, hermano.
- ¿Tú lo dijiste?
- No sé de qué hablas.
- Te dirigirás a mi como "majestad" o mi Guardia Real te cortará la lengua. "Heredero por un día". ¿Tú lo dijiste?
- Todos estamos de luto a nuestra manera, majestad.
- Mi familia ha sido destruida. Y en lugar de estar a mi lado o al de Rhaenyra ¡escogiste celebrar tu propio ascenso riendo con tus putas y tus aduladores! ¡Solo yo soy tu aliado en la corte! ¡Siempre te he defendido! ¡Y a pesar de todo lo que te he dado, me lo arrojas a la cara!
- Siempre has tratado de enviarme lejos. A Valle, a la Guardia de la Ciudad a donde sea menos a tu lado. Durante diez años has sido rey pero ni una sola vez me pediste que fuera tu mano.
- ¿Por qué haría eso?
- Porque soy tu hermano. Y la sangre de dragón es espesa.
- ¿Y por qué me lastimas de esa manera?
- Siempre te he dicho la verdad. Yo veo a Otto Hightower por lo que es.
- ¿Una mano firme y leal?
- Un hijo de puta. Un segundo hijo que no heredará nada que no busque por sí mismo.
- Otto Hightower es un hombre más honorable de lo que tú serás jamás.
- Él no te protege, yo sí lo haría.
- ¿De qué?
- De ti mismo. Eres débil, Viserys. Y ese consejo de sanguijuelas lo sabe. Todos buscan su propio beneficio.- Al ver a los dragones, ¿qué percibes?
- ¿Qué? No me has dicho una sola palabra desde el funeral de mamá. ¿Y envías a tu guardia...?
- Contéstame. Es importante. ¿Qué ves?
- Supongo que a nosotros.
- Dime.
- Se dice que los Targaryen son más cercanos a los dioses que a los hombres pero dicen eso por nuestros dragones. Sin ellos, somos iguales a los demás.
- La idea de que controlamos a los dragones es una ilusión. Son un poder con el que el hombre nunca debió interferir. Uno que llevó a Valyria a la perdición. Si no recordamos nuestras historias, harán lo mismo con nosotros. Un Targaryen debe entenderlo para poder ser rey o reina. Lo siento, Rhaenyra. He desperdiciado los años desde que naciste esperando un hijo. Tú heredaste lo mejor de tu madre. En verdad creo, y ella también, que puedes ser una gran reina.
- Daemon es tu heredero.
- Daemon no está hecho para usar la corona. Pero creo que tú sí.Esto no es un gesto trivial, Rhaenyra. La montura de un dragón es una cosa pero el trono de hierro es el lugar más peligroso de todo el reino.
Hay algo más que debo decirte. Podría ser difícil para ti entenderlo pero debes escucharlo. Nuestras historias dicen que Aegon observó sobre Aguasnegras desde Rocadragón y vio una tierra rica, lista para tomarla. Pero la ambición por sí sola no lo llevó a la conquista. Fue un sueño. Así como Daenys predijo el final de Valyria Aegon predijo el fin del mundo de los hombres. Dará inicio con un terrible invierno que soplará desde el lejano Norte. Aegon vio una oscuridad absoluta cabalgando esos vientos y lo que sea que se avecine, destruirá el mundo de los vivos. Cuando el Gran Invierno llegue, Rhaenyra, todo Poniente deberá hacerle frente. Y para que los hombres sobrevivan, un Targaryen debe gobernar desde el trono de hierro. Un rey o una reina con fuerza suficiente para unir al reino en contra del frío y de la oscuridad. Aegon llamó a este sueño la Canción de hielo y fuego. Este secreto ha pasado de rey a heredero desde el tiempo de Aegon. Ahora debes prometer que lo llevarás contigo y lo protegerás. Promételo, Rhaenyra. Prométemelo.
Capítulo 2 "El Príncipe Pícaro"
- Tienes a jinetes de dragones, padre. Envíanos.
- No es tan simple, Rhaenyra.
- Será una demostración de fuerza.
- Al menos la princesa tiene un plan.- ¿Algún caballero tiene experiencia en combate? Más allá de capturar a cazadores.
- Sir Criston Cole. Hijo del ayudante del lord Refugio Negro.
- Sea bienvenido, sir Criston. ¿Estuvo en combate en Stormlands?
- Las marchas en Dorne, princesa. Luché un año como infante en contra de las incursiones de Dorne. Sir Arlan Dondarrion me hizo caballero tras derribar dos torres en Camino Pedregoso.
- Escojo a sir Criston Cole.
- No nos apresuremos, princesa. No hay duda que sir Criston es un buen guerrero pero casas como Crakehall y Mallister son alianzas importantes para la corona. Varamar, por ejemplo, es la primera defensa del reino contra saqueadores de las Islas de Hierro.
- Son caballeros de torneo. A mi padre lo debe defender un hombre que haya estado en combate. ¿No es verdad?
- Por supuesto, princesa.
- Planearemos la investidura de sir Criston entonces.- Dime, ¿cómo está Rhaenyra?
- ¿A qué se refiere?
- Estos días, no tiene más que unas cuantas palabras para mí.
- Creo que le resulta difícil discutir asuntos personales. Tomará tiempo. Así fue cuando perdí a mi madre.
- Desearía que se acercara a mí.
- Usted podría acercarse.
- Hay momentos en que preferiría enfrentar al Terror Negro que a mi hija de quince años.- Apenas ha pasado medio año desde que mi madre murió pero ya tratan de casar a mi padre y reemplazarme como heredera. Conozco a esos hombres y sé cómo confabulan en sus consejos secretos cuando piden que me retire.
- No puedes preocuparte por asuntos de lores y reyes, Rhaenyra. ¿Y si tu padre se volviera a casar? Tu padre te ama. Te escogió como su heredera.
- No me escogió, despreció a Daemon.- ¿Qué debo decir?
- Lo que tú quieras. Es algo entre tú y los dioses.
- Quiero que me vea como más que solo su pequeña niña.
- Mi padre tampoco conoce el lenguaje de las jóvenes. Cuando quiero hablar con él sé que debo hacer un esfuerzo.- ¿Puedo hablar francamente, majestad?
- Siempre agradezco su participación en mi consejo.
- Temo que los ojos de los enemigos apunten hacia la Fortaleza Roja. La reina ha muerto. Nombraron heredera al trono de hierro a una joven, la primera en la historia. El hermano del rey, desheredado ha reclamado el asiento de los Targaryen en Rocadragón sin ser desafiado. Y ahora, un poder extranjero ha establecido una colonia en nuestra ruta marítima más importante.
- Presenta un retrato alentador de mi reinado, lord Corlys.
- Es uno honesto, primo. En este momento, la corona se percibe vulnerable.Para eludir una tormenta se puede navegar hacia ella o rodearla. Pero nunca se espera a que llegue.
- Temo lo que Rhaenyra podría pensar.
- ¿Eso qué importa, majestad?
- Su madre falleció. Su padre debe continuar la línea real. Yo amé profundamente a mi esposa. El dolor de su partida aún me atormenta. Y ser obligado a remplazarla, solo por el deber...
- Usted es el rey pero no lo envidio.- ¿Sabe dónde está Vhagar ahora?
- Los entrenadores creen que buscó refugio en alguna costa del Mar Estrecho. Los trabajadores en Villaespecia dicen que la escuchan cantar, a veces. Dicen que se le oye triste. Hasta los dragones se sienten solos.- Te molesta, ¿no es cierto?
- Mi padre es el rey. Su deber es tomar a una nueva esposa y fortalecer su línea.
- No pedí una lección en política, pregunté si te molesta.
- Laena es su hija, princesa. ¿A usted le molesta?
- Por supuesto. Pero entiendo el orden de las cosas. No sé si tú lo entiendes.
- Si está esperando hacerme enojar, debe saber que está fallando, princesa. Todo lo contrario. Ya sea con mi hija o con alguien más, tu padre se volverá a casar tarde o temprano. Su nueva esposa le dará nuevos herederos y las probabilidades es que uno de ellos sea varón. Cuando llegue a la edad, y tu padre haya fallecido los hombres del reino esperarán que él sea el heredero, no tú. Porque ese es el orden de las cosas.
- Cuando sea reina, crearé un nuevo orden.
- Desearía que así fuera, Rhaenyra.
- Pero los hombres del reino ya tuvieron su oportunidad de nombrar a una reina regente en el Gran Consejo y se lo negaron.
- Se lo negaron a usted, princesa Rhaenys. La reina que nunca fue. Pero se arrodillaron ante mí y me llamaron "heredera al trono".
- ¿Le recordaste eso a los hombres de tu padre al llenar sus copas? Esta es la dura verdad que nadie más se atreve a decirte. Los hombres preferirán ver que el reino arda antes que dejar que una mujer ascienda al trono de hierro. Y tu padre no es un tonto.- Sir Crispin, ¿no es así?
- Sir Criston Cole, mi príncipe.
- Claro, una disculpa. No recordaba.
- ¿Tal vez recuerde cuando lo derribe de su caballo?- ¿Qué está haciendo aquí, princesa?
- Evito una matanza.
- Sir Criston, escolte a la princesa a un lugar seguro.
- No deben alarmar a Syrax, mis señores. Es muy protectora conmigo.- Mi padre me nombró princesa de Rocadragón. Es mi castillo en el que vives, tío.
- No hasta que llegues a la edad.
- Has enfurecido a tu rey.
- No veo por qué. Este es un día de celebración. Voy a casarme.
- Ya tienes esposa.
- No de mi elección.
- ¿Y esto requería que robaras el huevo de mi hermano?
- Compartiste tu cuna con un dragón cuando naciste. Yo quiero lo mismo para mi hijo.
- ¿Vas a tener un hijo?
- Algún día.
- Estoy justo aquí, tío. El objeto de tu ira. La razón por la que fuiste desheredado. Si quieres recuperar esa herencia, tendrás que matarme. Hazlo y acaba con todo este fastidio.- ¿Anunciaste que nos íbamos a casar?
- El día de mañana.
- ¿Y que estaba esperando a un hijo? ¿Tu hijo?
- Tal vez cuando estemos casados podamos hacerlo realidad.
- Me aseguré, hace mucho, de no ser amenazada con un alumbramiento.
- Qué bien. Los niños pueden ser criaturas irritantes.
- Juraste protegerme, Daemon.
- Rocadragón es muy segura.
- Hasta que el rey decida reclamar su lugar ancestral. Sus hombres no pondrán la cabeza del príncipe en una lanza pero, ¿qué le harán a la "puta corriente" que dijo haber tomado como esposa y a quien embarazó?
- No sufrirás ningún daño.
- He sido vendida como propiedad más veces de las que quiero contar comenzando en un hogar que ya no recuerdo. Muchos de mis años los he pasado viviendo en terror.
- Estás segura conmigo, te lo juro.
- Eres un Targaryen. Puedes hacer tus juegos idiotas con el rey, pero yo no puedo. Yo no llegué a tu servicio buscando oro poder o posición. Vine a ti para ser liberada.
- ¿Liberada? ¿De qué?
- Del miedo.- Me desobedeciste. Te fuiste de Desembarco del Rey sin avisar. Actuaste sin el permiso de la corona. Eres mi única heredera. Pudiste haber muerto.
- ¿Puedo sentarme?
- Fuiste a Rocadragón.
- Y recuperé el huevo sin derramar sangre. Un logro que no creo que sir Otto habría conseguido solo.
- Sí. Bueno... a veces olvido lo parecidas que eran. La ausencia de tu madre es una herida que nunca sanará. Sin ella la Fortaleza Roja ha perdido una calidez que temo que nunca recuperará.
- Me alegra escucharte decir eso. Saber que no estoy sola en mi pesar.
- Desearía haber sabido que decirte tras su muerte. Me resultó difícil darme cuenta que mi hija se ha convertido en una mujer. Pero sé que entiende lo que ahora se espera de mí.
- El rey debe tomar a una nueva esposa.
- Nunca podré reemplazar a tu madre. Tampoco pretendo reemplazarte como heredera. Pero eres mi única heredera y nuestra línea es vulnerable, puede acabar muy fácil. Al casarme otra vez, puedo asegurar una defensa.
- ¿Contra quién?
- Quien se atreva a desafiarnos. No quiero que nos apartemos.
- Tú eres el rey y tu primer deber es con el reino. Mamá lo habría entendido. Al igual que yo.- ¿Me llamaste a Marcaderiva para recordar mi mala fortuna, lord Corlys o existe otra razón?
- ¿Has oído qué ocurre en los Peldaños de Piedra? Un príncipe de Myr alimenta a cangrejos con marineros de Poniente. Le he pedido al rey que envíe a mi marina al territorio. Pero se ha negado.
- Nunca ha sido el rasgo más fuerte de mi hermano.
- ¿Qué?
- Ser rey.
- Al Benefactor de los Cangrejos lo apoyan hombres poderosos en las Ciudades Libres que desean que Poniente se debilite. Y los fracasos del rey han permitido que gane fuerza. Si estas rutas marítimas caen mi casa estará lisiada. No dejaré que Marcaderiva mendigue mientras el rey holgazanea con festines, bailes y torneos.
- Yo hablaré de mi hermano como quiera pero tú no.Capítulo 3 "El segundo de su nombre"
- Es una cacería, Rhaenyra. ¿Cómo te gustaría participar?
- No sé por qué debería.
- Porque eres mi hija, la princesa. Y tienes deberes.
- Como se me recuerda incesantemente.
- ¿Disculpa?
- Como se me recuerda incesantemente.
- No se te debería recordar si cumplieras con ellos.
- Nadie está aquí para mí.- ¿Es lo que soy para ti? ¿Un premio que ofrecer a las grandes casas?
- Ya estás en edad, Rhaenyra. Jason Lannister es una excelente opción.
- Es arrogante y engreído.
- Tienen eso en común. Desde que llegaste a la edad me he hundido lentamente en un mar de cartas de cada esquina del reino. Todas son propuestas de matrimonio. Y he tratado, con frecuencia, de discutirlas contigo pero te has negado en cada ocasión.
- Eso es porque no quiero casarme.
- Ni siquiera yo estoy más allá de la tradición y el deber.- ¿Ha estado comprometido, sir Criston?
- Tuve una juventud aventurera cuando mi padre sirvió en Refugio Negro. Pero mi lugar nunca fue de alcurnia como para un compromiso. Antes ser caballero de la Guardia Real, pude haberme casado con una joven común.
- Tiene suerte de poder decidir su propia vida.
- Muchos en el reino, con gusto cambiarían lugar con usted, princesa.
- Porque ninguno ha estado en mi posición. Tal vez soy la princesa de Rocadragón, pero no tengo dientes.
- Un día no hace mucho tiempo usted tuvo el poder para escribir mi nombre en el Libro Blanco. Cuando su padre me llamó a la Guardia Real fue el mayor honor que ha tenido un Cole. Todo lo que tengo, se lo debo a usted. Yo no diría que eso es no tener dientes, princesa.- Sería un honor tener a la princesa Rhaenyra como esposa, majestad. Lo que le ofrezco a usted a la corona y a su hija es fortaleza.
- ¿Cree que la casa Targaryen busca fortaleza? Si alguien le ofreciera dragones, ¿no los tomaría? ¿Tiene dragones que ofrecer?
- Roca Casterly es un lugar espléndido. Rhaenyra podría tener un lugar ahí a mi lado, sin vergüenza. Y se sentirá recompensada por su pérdida de posición.
- ¿Qué pérdida de posición?
- Si nombrara al joven Aegon heredero, majestad.
- ¿Y por qué haría eso?
- Lo supuse ya que es su primer hijo varón. Nosotros supusimos...
- "Nosotros", dice. ¿Sus abanderados han cuestionado mi elección de heredero?
- Claro que no, majestad.
- ¿No es su deber reportar los inicios de alguna rebelión en mi reino?
- ¿Rebelión? No ha habido tal, majestad. Solo...
- No decidí nombrar a Rhaenyra mi heredera por capricho. Todos los lores en el reino harían bien en recordarlo.- ¿Qué piensa de la propuesta de lord Jason?
- Su orgullo tiene orgullo propio.
- No solo es padre de Rhaenyra. Es el rey. Ella hará lo que le ordene.
- No deseo darle ordenes, Otto. Yo quiero que sea feliz.
- Existe otra opción, más allá de Roca Casterly. Una con la que tal vez se sienta más cómodo. Una cercana a casa.
- ¿A quién tienes en mente?
- El príncipe Aegon.
- El niño apenas cumplió dos, Otto.
- Sí, pero acabará con las propuestas por la mano de Rhaenyra. Comprométalos.
- Vine aquí a cazar no ha ser sofocado por toda esta puta política.- Enviamos a jinetes a buscar a Rhaenyra, majestad. Sir Criston fue tras ella, esperamos que estén juntos.
- La joven es una testaruda opositora. Si le prohibiera que se casara con un Lannister se habría ido con lord Jason para molestarme. Qué gran rey Targaryen soy. Impotente con mi propia hija de 17 años.
- El rey Jaehaerys gobernó más de medio siglo en paz mientras sus hijos lo llevaban al filo de la locura. Sus hijas, en particular. Es la tradición, majestad. ¿Quiere oír mi opinión sobre el asunto?
- ¿Debo adivinar? Usted cree que su hijo, sir Harwin, el Quebrantahuesos el más fuerte de los caballeros en los Siete Reinos es la mejor propuesta para Rhaenyra.
- Me halaga, majestad, pero no. Creo que la mejor propuesta para Rhaenyra es el hijo de la Serpiente Marina sir Laenor. Hace algunos años, le aconsejé que se casara con su hermana. Mi razonamiento es el mismo. Laenor es de descendencia de Valyria pura.
Comparte sangre con su prima, la princesa Rhaenys y es el heredero de una de las casas más acaudaladas del reino. La brecha entre las casas no ha disminuido desde la última vez que lo mencioné. Serviría mucho para mitigar las preocupaciones de lord Corlys reales o imaginarias.- Dígame algo, sir Criston. ¿Cree que alguna vez el reino llegue a aceptarme como reina?
- No tendrán otra opción más que hacerlo, princesa.- Sabes que yo la nombré para proteger al reino de Daemon. Era mi única hija. "El deleite del reino". La nombré por amor porque ya no creía...
- ¿Creías que, mi amor?
- Muchos en mi linaje han sido jinetes de dragones. Muy pocos hemos sido soñadores. ¿Qué es el poder de un dragón junto al poder de una profecía?
- Se hace tarde, esposo.
- Cuando Rhaenyra era niña yo lo vi en un sueño. Lo vi tan vivido como estas llamas. Mi hijo varón usando la corona del conquistador. Cómo quería que fuera cierto. Ser yo mismo un soñador. Busqué esa visión otra vez, noche tras noche. Pero no volví a soñarla. Puse toda mi mente y mi voluntad en ello. Y mi obsesión mató a la madre de Rhaenyra.
- Viserys.
- Pensé que Rhaenyra era mi salida del abismo de dolor y remordimiento. Que nombrarla heredera comenzaría a enmendar las cosas.
- Así fue.
- Nunca imaginé que me volvería a casar. Que tendría un hijo. ¿Y si estaba equivocado?El camino es incierto, pero el final es claro. Aegon será el rey. Tú debes guiar a Viserys hacia la razón. Él nunca la encontrará por sí solo.
- Lord Corlys y el príncipe Daemon están perdiendo su guerra.
- Gravemente, según cuentan. Es una súplica por ayuda.
- ¿Y por qué no mandarla?
- Porque la guerra la empezaron dos insatisfechos en desacuerdo con decisiones que yo tomé. Si ahora le brindo ayuda a Daemon y a Corlys ¿eso que dirá de su rey?
- Tal vez que es un buen hombre que ama a su hermano.
- Si en verdad crees eso, querida entonces tienes un espíritu generoso.
- ¿Tú qué crees, Viserys?
- Que estoy destinado a enojar a una persona al complacer a otra.
- Tengo una pregunta más sencilla.
- ¿Es mejor para el reino que el Benefactor de los Cangrejos prospere o que sea derrotado?- ¿Todo debe ser una batalla?
- Si te refieres a tu intento de casarme con Roca Casterly.
- Lo siento, Rhaenyra. Trataba de ayudarte. ¿No me lo permitirás? ¿Por qué cada esfuerzo por ti debe ser rechazado hasta la muerte?
- Porque piensas reemplazarme. Con el hijo de Alicent Hightower. El niño que siempre quisiste. Lo tienes en tus manos ahora. Ya no te sirvo de nada. Ahora debes venderme por lo que puedas. Una fortaleza en la montaña o una flota de barcos.
- Me juzgas equivocadamente, Rhaenyra.
- Todos lo saben. Jason Lannister lo sabe. Tú mismo lo dijiste. Los lores del reino se juntan como buitres a un cadáver para deleitarse con mis huesos.
- Es cierto que, como regentes, debemos casarnos por ventaja para forjar alianzas y asegurar fortaleza. Siempre has entendido esto.
- Yo mismo fui prometido a tu madre cuando tenía...
- Tenías 17 años de edad.
- El Valle tenía un ejército como el del norte.
- He oído esa historia desde que tengo orejas.
- Yo la amaba. Me hizo un hombre.
- No busco reemplazarte, hija. Has estado muy sola estos últimos años. Sola y enojada. No voy a vivir para siempre. Deseo verte conforme. Incluso feliz.
- Crees que un hombre hará eso.
- Una familia.
- Ya tenía una familia.
- ¿Qué quieres que haga?
- Si era por ventaja, debiste casarte con Laena Velaryon.
- Eso es muy cierto. Debes casarte. Fortalecer tu reclamo. Asegurar tu sucesión. Multiplicarte. En cuanto a tu pareja escógela tú misma. Búscala. Encuentra a uno que te complazca. Como lo hice yo. Rhaenyra. Sí lo dudé, por un momento. Pero te lo juro ahora por el recuerdo de tu madre que no serás suplantada.- El Benefactor de los Cangrejos y sus hombres no tienen razón para salir.
- Debemos darles una. Una ofrenda de carne para atraer a los cangrejos.
- ¿Quién?
- ¡Un dragón regresa!
- Sí, ¿quién? ¿Qué hombre iría con gusto a su muerte?
- Muéstrame al caballero que marche hacia ese infierno y te mostrare a un demente.
- Daemon. Estamos perdiendo gracias a él.
- Al menos, él pelea esta guerra. ¿Qué otro rol has jugado en este consejo de guerra, tío? Solo Maestro de Quejas.Capítulo 4 "El rey del mar Angosto"
- Con la sangre de los primeros hombres nuestra historia esta arraigada en esta tierra en la que su casa ha hecho un hogar. Si me elige como pareja, princesa sus días serán simples y sus noches seguras, bajo mi protección.
- ¿Protección? La princesa tiene un dragón, imbécil.- ¿Cómo cree que reaccione?
- ¿Habla de cómo rechazó a los pretendientes que envió su majestad o de cómo concluyó la búsqueda dos meses antes de tiempo?- Usas una corona. ¿Te haces llamar "rey"?
- Una vez que derrotamos a la triarquía me nombraron rey del Mar Estrecho. Pero sé que solo hay un verdadero rey, majestad. Mi corona y los Peldaños de Piedra son suyos.- El reino está en deuda contigo, hermano. Ven. Era nuestra rivalidad. Daemon se iba de aventura. Al extranjero, a ganar torneos a su nombre. Conquistando con fuego.
- No, no, no. No voy a revivir este debate.
- Siempre fuiste el favorito de mamá. No es un gran misterio. Eras su favorito. Nuestra madre no apreciaba las costumbres y tradiciones. Las reglas. Yo, tristemente, no era un gran guerrero.- Supongo que el viaje no resultó bien.
- Lo soporté tanto como pude. Tener a cada caballero y lord de los Siete Reinos adulándote.
- Qué miseria.
- Es raro que las jóvenes en el reino puedan decidir entre dos pretendientes no dos ejércitos de ellos.
- Esos hombres y niños no me adulan. Solo quieren mi nombre y sangre de Valyria para sus hijos.
- Yo creo que es romántico.
- Qué romántico debe ser que te aprisionen en un castillo y te hagan parir herederos.- Mi padre parece empeñado en venderme al lord con el castillo más grande.
- Hay peores cosas por las cuales ser vendido. El matrimonio solo es un acuerdo político. Una vez casada puedes hacer lo que quieras.
- Tal vez para los hombres sea un acuerdo político. Para las mujeres es una sentencia de muerte.
- Ojalá lo fuera. Me habría deshecho de mi perra de bronce hace años.
- Tu esposa ha sido afortunada. No has puesto un niño en ella.
- Dudo que un niño pueda crecer en un entorno tan hostil.
- Mi madre fue hecha para producir herederos hasta que eso la mató. No dejaré que ese sea mi destino.
- Lo que le pasó a tu madre fue una tragedia. Pero este es un mundo trágico. No puedes vivir con miedo o renunciarás a lo mejor de ella.
- No tengo intenciones de vivir con miedo. Solo en soledad. Un futuro solitario.- Lo disfrutaste, ¿verdad?
- Quién sabe cuándo volveré a probar la libertad.- ¿Qué es este lugar?
- Es donde la gente toma lo que quiere. Coger es placer, ¿lo ves? Para la mujer como para el hombre. El matrimonio es deber, es cierto. Pero eso no evita que hagamos lo que queramos. Con quien queramos.- Vieron a la princesa anoche. Más allá de la fortaleza en una casa de placer.
- ¿Y qué con ello?
- La acompañaba su tío. Mostraban un comportamiento inapropiado para una doncella. O una princesa.
- ¿Qué comportamiento?
- ¿Debo decirlo, majestad?
- Entras a mis aposentos acusando a mi hija de algo. Ahora habla. Claramente.
- Se vio a Daemon y a Rhaenyra juntos dentro del salón de placer. Copulando.
- Es mentira. Te han mentido.
- Desearía que así fuera, majestad.
- ¿Quién es responsable de este rumor? Que traigan a este difamador ante mí, de inmediato. Y le sacaré los ojos.- ¿Estás tan enfermo de ambición que haces que acechen a mi hija que la espíen? ¿Esperando la oportunidad de arruinar su reputación?
- Esa no es mi intención, majestad.
- Te crees un hombre ingenioso. Tus intenciones son obvias. ¿Tanto ansías tener tu sangre en el trono de hierro que estás dispuesto a destruir la mía?- Mi padre hizo acusaciones preocupantes. ¿Estuviste con tu tío?
- Yo... no lo había visto en años. Me llevó a la ciudad a divertirme.
- Cuéntamelo todo, Rhaenyra.
- Tu padre me acusó de algo. ¿Haber bebido vino, que salí del castillo al anochecer?
- Que cogiste con Daemon en una casa de placer.
- Esa es una vil acusación.
- ¿En serio? Los Targaryen tienen ciertas costumbres. Y Daemon no conoce límites.
- Alicent...Majestad, hermana, tú debes saber que yo jamás... no puedes creer esas calumnias.
- Mi padre no calumnia.
- Ha sido desinformado. No pudo haber presenciado tal cosa.
- ¿Por qué no?
- Porque no pasó.
- Le dijeron que tú...
- ¿Le dijeron? ¿Quién le informó a tu padre? Yo soy la princesa. Cuestionar mi virtud es un acto de traición.
- No sé, específicamente...
- ¿Tu padre no te lo dijo?
- Él se lo informó al rey. Yo los escuché.
- ¿Así que me acusas de difamaciones que escuchaste?
- Solo quiero ayudarte, Rhaenyra.
- Bebimos en la taberna en varias tabernas. Se hacía tarde y le pedí que regresáramos pero Daemon quería continuar. Como él me escoltaba, no tuve otra opción.
- ¿Continuar? ¿En un burdel?
- Me llevó a un espectáculo. Yo... solo fui espectadora. No hice nada. Daemon siguió con sus copas y me abandonó por una puta.
- Debí haberlo sabido. ¿Así que tú no...?
- ¿En verdad debo refutar eso? Daemon nunca me tocó. Te lo juro por la memoria de mi madre.
- Fue tonto dejarte llevar a una posición en donde pudieran cuestionar tu virtud. El rey se ha esforzado para hallarte una buena pareja.Y también yo. Si ese lord llega a pensar que has sido mancillada lo arruinaría todo.
- Lo sé, majestad. Lo lamento.- Tú la deshonraste. Aun así, no dices nada.
- ¿Eso qué importa, hermano? A la edad de Rhaenyra cogíamos todo el tiempo en los burdeles de la calle de la seda.
- Éramos hombres. Ella solo es una joven. ¡Tu sobrina!
- Rhaenyra ya es una mujer. Mejor que su primera vez sea conmigo y no con una golfa.
- Maldición. ¡La has arruinado! ¿Qué lord la desposará en esta condición?
- ¿Qué importa lo que piense algún lord? Tú eres el dragón. Tu palabra es la verdad y la ley.
- He pasado una vida defendiéndote pero tu corazón es más negro de lo que había creído. Debería desheredarla como lo hice contigo y acabar con esto.
- Que se case conmigo. Cuando te ofrecí mi corona dijiste que podía tener lo que sea. Quiero a Rhaenyra. La tomaré como es y me casaré como es tradición en nuestra casa.
- Tú ya tienes esposa.
- Aun así, Aegon el Conquistador tomó una segunda esposa.
- Tú no eres un conquistador. Eres una plaga, enviada para destruirme. Dame a Rhaenyra como esposa y le devolveremos la gloria a la casa del dragón.
- Por supuesto. No es a mi hija a quien deseas, ¿verdad? Es mi trono.- No es la naturaleza de Rhaenyra ser engañosa. No puedo decir lo mismo de tu hermano.
- ¿Crees que él mintió?
- ¿Cuántas veces habla con la verdad?
- ¿Cómo le serviría confesar algo así?
- Para rebajarte.
- Lo que haya pasado, Rhaenyra no es inocente.
- Solo porque Daemon trató de corromperla. Daemon y Rhaenyra comparten la sangre de dragón. Son inquietos y caóticos. Ella me juró que aún es una doncella. Y yo le creo.- Aún no me has preguntado la verdad de lo que pasó.
- La verdad no importa, Rhaenyra. Solo la percepción. Tú misma te has expuesto. Ahora ambos sufriremos las consecuencias.
- Si fuera hombre podría acostarme con quien yo quisiera. Podría engendrar a una docena de bastardos y nadie en tu corte diría una palabra.
- Tienes razón. Pero naciste mujer.
- Me despojarás de mis títulos y nombrarás a Aegon en mi lugar.
- Lo haría. Pero mi deber es mantener al reino unido, no crear todavía más división. Tu cortejo ha llegado a un fin. Te casarás con sir Laenor Velaryon y lo harás sin protestar.
- El hijo de la Serpiente Marina. Así seré un remedio para tus pesadillas políticas.
- Tú eres mi pesadilla política.- ¿Y qué harás con el buitre que se posa sobre tu trono?
- ¿Qué buitre?
- Tu Mano.
- Otto Hightower ha servido a dos reyes, leal y fielmente.
- Quiere que Aegon sea nombrado heredero y no se detendrá hasta haberlo conseguido. Incluso espiarme para conseguir mi ruina. Hablas de la visión del conquistador y la necesidad de fortaleza y unidad en el reino pero, ¿cómo puede lograrse cuando tu confiable consejero es tan egoísta?
- Cada señor y dama que pide una audiencia conmigo cada hombre del consejo y de consejos anteriores han buscado su interés.
Es inevitable.
- No estoy de acuerdo. Cumpliré mi deber como heredera casándome con sir Laenor. Pero antes debes cumplir el tuyo como rey.- Mi padre era un guerrero robusto y sano, y jinete de dragón. En la cumbre de sus habilidades. Jaehaerys convocó una gran cacería real para celebrar su nombramiento como Mano del rey. Cinco días después mi padre cayó muerto. Los torneos duran más. Baelon el Bravo jinete de Vhagar heredero al trono de hierro murió por un abdomen hinchado. Los dioses tienen un humor negro.
- Fue un día sombrío. Lo recuerdo muy bien.
- Sí. Fue un buen día para ti. Jaehaerys te nombró Mano en lugar de Baelon.
- No es así como yo lo vi, majestad. Fue un deber.
- Serviste noblemente a mi abuelo en sus últimos días. Tú fuiste quien me enseñó a ser rey.
- Me honra, majestad.
- En solo cinco días pasaste de ser un hombre más en la corte de Jaehaerys para ser el segundo más poderoso del reino. Me pregunto ¿cuánto tiempo te tomó pensar en ti antes que en tu rey?
- ¿Majestad?
- Nunca me recuperaré de la muerte de Aemma. Pero Alicent me apoyó durante lo peor de mi duelo. Ella fue una distracción calculada.
Apenas ahora me doy cuenta de lo bien calculado que fue.
- Eso es absurdo. La reina lo ama y sé que usted a ella.
- Tus intereses ya no coinciden con los del reino. Tu juicio ha sido comprometido.
- Una Mano leal debe decirle a su rey verdades incomodas de vez en cuando, majestad. Si no lo hace ha fallado como sirviente.
- Fuiste un sirviente fiel, Otto. La corona y el reino tenemos una deuda contigo que nunca podrá ser pagada. Pero ya no puedo confiar en tu juicio.- Disculpe la hora, princesa. Tuve mucho cuidado en su preparación. Si no se elabora apropiadamente puede ser ineficaz o causar efectos desagrada...
- ¿Apropiadamente? Disculpe, ¿qué es eso?
- Un té, princesa. De parte del rey. Hará que se deshaga de consecuencias no deseadas.Capítulo 5 "Iluminamos el camino"
Esposo. ¿Qué te trae al Valle? ¿Por fin vienes a consumar nuestro matrimonio? Las ovejas de Valle pueden estar dispuestas incluso si yo no. Nuestras ovejas son más hermosas, después de todo. O tal vez tu hermano finalmente se cansó de tu compañía. Te hizo a un lado en favor de una pequeña niña.
Escúchame, hija. El rey va a morir. Tal vez en meses o en años, pero no llegará a ser un anciano. Y si Rhaenyra es la heredera se desatará una guerra, ¿lo entiendes? El reino no va a aceptarla. Y para asegurar su reclamo, tendrá que poner a tu hijo bajo la espada. No tendrá opción. Tú lo sabes, no eres tonta. Pero aun así, escoges no verlo. El momento se acerca, Alicent. Preparas a Aegon para reinar o te aferras a Rhaenyra y ruegas por su misericordia.
- Quiero proponer un matrimonio entre su hijo, sir Laenor y mi hija, y heredera, la princesa Rhaenyra. Ya es tiempo que nuestras casas se unan en sangre. Los últimos pilares de la antigua Valyria.
- Nos honra a mí y a mi casa, majestad. Hay ciertos detalles que quisiera aclarar antes que la princesa Rhaenys y yo podamos aceptar esta generosa propuesta.
- ¿Qué detalles?
- Queremos saber cómo se manejará la sucesión.
- Rhaenyra es mi heredera. A mi muerte, mi trono y mis títulos pasarán a ella. El primogénito de ella y sir Laenor, sin importar su género heredará el trono de hierro.
- Me imagino que siguiendo la tradición de Poniente sus hijos tomarán el apellido del padre. Nacerán como Velaryon.
- Lord Corlys no propone que la dinastía Targaryen termine con mi hija solo por ser mujer.
- Solo busco claridad, majestad.- Al nacer los hijos de sir Laenor y Rhaenyra llevarán el apellido del padre, Velaryon como lo dictan las tradiciones. Sin embargo, en cuanto su primogénito ascienda al trono de hierro él o ella lo hará con el apellido Targaryen. Los dragones reinarán los Siete Reinos los próximos cien años como lo han hecho estos últimos.
- Es un compromiso justo.- Si tiene que ser alguien, me alegra que seas tú. Sé que esta unión no es lo que elegirías.
- No tengo nada en contra tuya, prima.
- No.
- Mejor dicho... me atrevo a decir que es una cuestión de gusto. Yo prefiero el pato asado al ganso. No sé por qué. No es por falta de esfuerzo. Hay a quienes les gusta mucho el ganso. Es un poco grasoso para mi gusto. Sé que, sin importar el trato pactado, no cambiarán tus apetitos.
- Tampoco cambiarán los míos. ¿Y qué propones?
- Que cumplamos el deber con nuestros padres y el reino. Y cuando esté hecho cada uno cenará lo que le plazca.- ¿Se ven familiarizados?
- Crecieron juntos. La familiaridad no es el problema.
- Estoy seguro que ya cautivó a Laenor. Se ha vuelto muy hermosa con los años.
- Conoces su naturaleza.
- Aún es joven. Lo dejará atrás. No hay placer en el mundo como acostarse con una mujer.- La sucesión de Rhaenyra será desafiada. Vendrán espadas contra ella, su esposo y sus herederos.
- Nuestra casa controla los navíos del reino y a la mitad de los dragones. Cualquiera que sea tan tonto para desafiar a Rhaenyra, será aplastado.
- ¿Con qué fin, Corlys? ¿Riqueza, poder, orgullo?
- Justicia. Tenías todo el derecho a ser la reina de los Siete Reinos. Te robaron la corona por...
- Nunca usé la corona porque el reino no iba a aceptarlo.
- Yo corregiré ese mezquino error. Por cualquier medio ne...
- Yo ya he dejado ese asunto atrás, Corlys.- Siempre he temido el día en que tengas que casarte con una mujer. Y ahora que ha llegado tu prometida te da permiso por voluntad propia, que sigas cenando ¿yo soy el pato o el ganso?
- He venido a afrontar mi destino y tú te burlas de él.
- Rhaenyra será la reina de los Siete Reinos y tú serás su rey consorte.
- Piensa en los torneos, los festines, las batallas en el mar.- Necesitaba verla, princesa.
- Confieso que tengo un deseo similar.
- Me ha revelado confidencias en estos años que nos hemos conocido y siento... discúlpeme.
- Siento que la conozco un poco.
- Me conoces más que un poco.
- He escuchado muchas veces cómo odia el peso de su posición que debe casarse por capricho de su padre sin hacer caso a los deseos de su corazón. Y ahora el día ha llegado. Sir Laenor es un hombre bueno y decente, pero usted no lo eligió. Lo escogieron para usted.
- Es cierto.
- Si hubiera otro camino uno hacia la libertad ¿lo seguiría? Rhaenyra, antes de venir aquí yo era un caballero en Tierras de la Tormenta. Sé mucho sobre el puerto en Lanza del Sol. Ahí he visto partir a los navíos de Essos con cargamentos de naranja y canela. Siempre quise averiguar a dónde iban.
- ¿Me pides permiso para ir?
- Te pido que vengas conmigo. Lejos de todo esto. Del peso y las humillaciones de tu herencia. Dejemos todo eso atrás y recorramos el mundo juntos. No tendremos nombre y seremos libres. Podremos ir a donde nos plazca y amar como queramos. En Essos podrías casarte conmigo. Un matrimonio por amor no por la corona.
- Yo soy la corona, sir Criston. O lo seré. Me pueden irritar mis deberes. Pero, ¿en verdad crees que escogería la infamia a cambio de un costal de naranjas o un barco a Asshai? Es mi deber casarme con un hombre noble de una gran casa. Y sir Laenor será un buen esposo. Pero mi matrimonio no tiene que ser el fin. Sir Criston, Laenor y yo tenemos un acuerdo. Le he dado permiso de seguir sus intereses. Y a cambio, me ha concedido lo mismo.
- Quieres que sea tu prostituto.
- Quiero que continuemos como empezamos. Tú serás mi protector. Mi caballero blanco.
- Hice un juramento como caballero de la Guardia Real. Uno de castidad y lo he quebrantado.
- No le diré a nadie.
- He mancillado mi capa blanca. ¡Es lo único que respalda mi puto nombre! Pensé que, si nos casábamos, yo podría restaurarlo.
- El trono de hierro es más importante que yo. Más que cualquiera en mi familia.- Temo que debo cuestionarlo sobre un asunto delicado, sir Criston.
- Soy su sirviente, como siempre, mi reina.
- Es sobre la querida princesa Rhaenyra.
- Por favor.
- Es su fiel protector y es leal a ella.
- Sí.
- La noche que regresó Daemon... ha habido un rumor. Mejor dicho, a mi padre le informaron de una falta a la moral que pudo haber ocurrido entre... por supuesto, para mí es impensable cuestionar la virtud de la princesa a quien tengo en la más alta estima. Sin embargo, me pregunto si... estoy consciente que en la juventud se cometen errores. Titubeos en las decisiones. Titubeos o descuidos...
- Sí sucedió, majestad. El pecado del que habla. Yo lo cometí. Por su insistencia, es cierto, pero eso no debería... no es excusa. He roto mi juramento. He quebrantado mi honor. No merezco consideración. Pero si, como reina clemente se compadece de mí solo puedo pedir esto. Más que castrarme y torturarme condéneme a muerte.- ¿Seré recordado como un buen rey, Lyonel?
- ¿Majestad?
- ¿Qué dirán de mí cuando se escriban las historias? No he peleado ni conquistado ni he sufrido una gran derrota. Algunos dirían que es buena fortuna. Pero difícilmente será una buena canción. Que se cante en festines en 100 o 500 años.
- Ha cargado el legado del rey Jaehaerys y ha mantenido fuerte al reino. ¿No es mejor vivir en paz que tener canciones tras su muerte?
- Tal vez.
- Hay una parte de mí que desea haber sido puesto a prueba. He pensado que, durante la batalla, me habría forjado de otra forma.
- Aquellos que han sido puestos a prueba desearían haberlo evitado.- ¿Dónde está la reina? Esperaba saludarla.
- Tengo entendido que la reina se está preparando para la celebración.
- Es por esto que los hombres libran las guerras. Las mujeres no estarían a tiempo para la batalla.- ¿Sabes de qué color brilla cuando Puebloviejo llama a sus abanderados a la guerra?
- ¿Verde?- Lamento la muerte de su esposa.
- Descuide, yo no.- Ya se quién es. El apuesto amante.
- ¿Quién?
- Sir Criston Cole.
- ¿Su protector?
- Tan solo míralo. Está perdidamente enamorado. Un príncipe Targaryen un galante caballero y un jinete de dragones. El sueño de toda doncella.
- Eso es solo porque aún no me conoce.
- Sir Criston llenó de sangre su capa blanca con la virginidad de tu prometida.
- Baja la voz.
- Es algo que podamos remediar, mi príncipe.
- Tal vez.
- Es algo bueno. Ella conoce tu secreto.
- Y ahora conoces el suyo.- No me conoce, sir Criston. Pero a ambos nos interesa esta unión.
- Si tiene algo que decir, sir Joffrey, dígalo.
- Sir Laenor es muy querido para mí como sé que la princesa lo es para usted. Debemos jurarnos que vamos a protegerlos a ellos y a sus secretos. Porque si estos están a salvo lo estaremos todos.- ¿Es esto lo que quieres?
- No sabía que te importaba lo que quiero.
- Esto no es para ti.
- Laenor es un buen hombre y un gran caballero.
- Te aburrirá hasta el cansancio.
- Según sé, el matrimonio solo es un acuerdo político.
- El mío se disolvió recientemente.
- Entonces llévame a Rocadragón y hazme tu esposa.
¿Acaso no ha sido tu propósito?
Aún no estoy casada. Pero las horas pasan rápidamente.- El amor de los Siete es sagrado y eterno. Es la fuente de la vida y el amor. Estamos aquí, esta noche en agradecimiento y alabanza para unir a dos almas en una. Padre, madre, guerrero, herrero, doncella, anciana, extraño escuchen sus votos.
- Yo soy tuyo y tú eres mía sin importar lo que venga.
- Yo soy tuya y tú eres mío sin importar lo que venga.
- Aquí, en presencia de dioses y hombres yo declaro a Laenor de la casa Velaryon y a Rhaenyra de la casa Targaryen marido y mujer. Un cuerpo un corazón un alma ahora y para siempre.Capítulo 6 "La princesa y la reina"
- Un varón, princesa. Alabada sea la madre.
- ¿Está sano?
- Patea como cabra, princesa.- Princesa. La reina solicita que el niño sea llevado con ella, de inmediato.
- ¿Por qué? Lo llevaré yo misma.
- Debería descansar, princesa.- Ella quiere verlo.
- ¿Ahora? Voy contigo.
- Eso espero.
- Déjame llevarlo.
- Ella no obtendrá tal satisfacción.
- Toma mi brazo, al menos. ¿Fue muy doloroso? Dioses. Me hirieron con una lanza en el hombro, una vez.
- Mis sinceras condolencias.
- Me alegra no ser una mujer.- Bien hecho, mi niña. Espero que el parto haya sido fácil.
- Creo que llamé "puta" a la partera.Siga intentando, sir Laenor. Tarde o temprano, tendrá uno que se le parezca.
- ¿No pensaste en consultarme antes de nombrar a mi hijo?
- Es nuestro hijo, ¿o no?
- Solo uno de los dos está sangrando.
- Merezco tener una opinión en los asuntos de mi familia.
- No pareces interesado en esos asuntos.- Dormido frente al comandante de la Guardia de la Ciudad.
- Una falta de respeto terrible. Temo que la insolencia corre en la familia.- Ya había mencionado este tema y tú me prohibiste comentarlo, así que me callé. Tener un hijo así es un error. Tener tres es un insulto para el trono, para ti para la casa Velaryon y la pareja que tanto buscaste para ella. Sin mencionar la decencia misma.
- Alguna vez, tuve una yegua negra. Negra como un cuervo. Un día, escapó de su pastura y el semental vecino la preñó con un potrillo.
El semental era plateado como la luna en una noche de invierno. Y cuando nació el potrillo era castaño. El caballo pardo más ordinario que he visto. La naturaleza trabaja de forma misteriosa.
- ¿Cómo lo sabes? El semental plateado. ¿Cómo sabes que fue él? ¿Fuiste testigo del acto?
- Las consecuencias de una acusación como la que sugieres serían desastrosas. No lo vuelvas a mencionar.- El rey, su padre... lo sabe.
- Por supuesto. O lo sabía y se convenció de lo contrario. No hace más que justificarla.
- La princesa Rhaenyra es descarada e implacable. Una araña que pica y deja seca a su presa. Una puta mimada. Fue inapropiado, majestad. Me disculpo.
- Tengo que creer que prevalecerá el honor y la decencia, al final.
- Tenemos que confiar en eso y estar unidos.- ¿De quién fue idea? El cerdo. ¿Tú lo planeaste?
- No. Fue Jace y...fueron ellos dos. No estoy seguro.
- Aemond es tu hermano.
- Es un idiota.
- Somos una familia. Puedes pelearte con él en casa, pero en el mundo debemos defender a los nuestros.
- Fue gracioso.
- ¿Crees que los hijos de Rhaenyra serán tus juguetes para siempre? Según van las cosas Rhaenyra ascenderá al trono y Jacaerys Targaryen será su heredero.
- ¿Y?
- Ya casi eres un hombre. ¿Cómo puedes ser tan miope? Si Rhaenyra llega al poder tú podrías perder la vida. Aemond también. Ella podría eliminar cualquier desafío a su sucesión.
- No desafiaré...
- ¡Tú eres el desafío! ¡Tú eres el desafío, Aegon! Solo por estar vivo y respirar. Eres el hijo primogénito del rey. Y lo que saben lo que saben todos en el reino, muy en el fondo es que un día tú serás nuestro rey.- Estás considerando la oferta del príncipe Reggio.
- Tenemos una buena vida aquí. Libres de hacer lo que nos plazca.
- Bienvenidos y festejados.
- E invitados eternos.
- Exactamente. No tenemos responsabilidades. La intriga política el interminable cambio de lealtades y la sucesión ya no son nuestros.
- Están usándonos.
- Es original, ¿no es así? Una simple transacción. Tenemos dragones y ellos oro.
- Somos más que esto, Daemon. No somos trovadores o mimos que juegan al placer de un extranjero.
- Somos la sangre de la vieja Valyria. No pertenecemos aquí.
- Valyria desapareció. No pertenecemos a ninguna parte.
- Quiero que mi hijo nazca donde yo nací. En Marcaderiva, en el castillo de mi padre. Quiero que mis hijas sean criadas en su tierra natal, con su familia según su derecho de nacimiento. En mi fin, quiero tener la muerte de un jinete de dragones. No la de un lord campirano obeso.¿Es lo que enseña, Cole? ¿Crueldad por un oponente más débil? Qué inusual es su preocupación por la educación del príncipe, comandante. La mayoría de los hombres solo tendrían esa devoción por un primo un hermano o un hijo.
- Me avergüenzas constantemente.
- ¿De eso se trata? ¿De tu vergüenza?
- ¡Nuestra vergüenza, Harwin! Y de toda la casa Strong.
- ¿Por qué toqué a ese insufrible Cole, hijo de un ayudante?
- Es caballero de la Guardia Real.
- ¡Atacó al futuro heredero al trono! ¡Un defensor de la corona!
- Nos has expuesto a acusaciones de una traición terrible.
- ¿De qué traición hablas?
- No te hagas el tonto conmigo, muchacho. Tu intimidad con la princesa Rhaenyra es un delito que amerita el exilio y la muerte.
Para ti, para ella y para los niños.
- Solo es un rumor de los rivales de la princesa.
- La gente tiene ojos, muchacho. Pero tal parece que el rey no acepta lo que ven sus ojos. Este endeble escudo es lo que se interpone entre el verdugo y tú. La deliberada ceguera de un padre hacia su hija.
- Desearía que mi padre sufriera de una ceguera similar.
. ¿No la he tenido, todos estos años?- Nos acechan rumores oscuros, Laenor. Muerden nuestros tobillos. Dudas sobre la paternidad de nuestros hijos. Viles y asquerosas insinuaciones.
- Insinuaciones, ¿cierto?
- ¡Son nuestros hijos! Tuyos y míos. Y su verdadero padre no los abandonará ahora para ir de juerga por el Mar Estrecho, a pelear y a coquetear con marineros.
- Soy un caballero. Y un guerrero. He cumplido con mi parte fielmente durante diez años.
- Se me debe algo...
- ¡No se te debe nada! Durante diez años te has dado gusto en la corte. Has comprado los caballos más finos, bebido los vinos más exóticos, cogido con los jóvenes más lujuriosos. Ese fue nuestro acuerdo. No te he envidiado. Pero no abandonarás tu puesto cuando azote la tormenta.
- Un marinero sabio se aleja de la tormenta cuando se forma.
- Entonces, te lo ordeno. Como tu princesa y la heredera al trono te ordeno a permanecer en Desembarco del Rey, a mi lado.Hay más de una forma de unirse a un dragón. Yo no tuve uno hasta que cumplí los 15 años. Y ahora monto a Vhagar, el más grande en el mundo.
- Tú no duermes.
- ¿Cómo podría, si vigilas mis movimientos?
- Sé que la vida te ha decepcionado. Tal vez no soy la esposa que habrías querido.
- Laena...
- No me duele. Ya me he sobrepuesto. Pero eres más que esto, Daemon. El hombre con quien me casé era más que esto.- Debieron construirse fortificaciones torres de vigías, una flota de barcos una guarnición de soldados que vigilara el territorio.
- No podemos costearlo. Los cofres son grandes, pero no infinitos. Hay que considerar el costo para los súbditos.
- Estoy de acuerdo.
- El costo de una guerra es mayor.- He notado el conflicto entre nuestras familias últimamente, mi reina. Y si mi familia la ha ofendido, me disculpo. Pero somos una casa. Y mucho antes de eso, éramos amigas. Mi hijo Jacaerys heredará el trono de hierro después de mí. Propongo comprometerlo con su hija Helaena. Seamos aliados, de una vez por todas. Para que reinen juntos.
- Una propuesta muy acertada.
- Además, si Syrax nos entrega una nueva nidada su hijo Aemond podría elegir entre ellos. Un símbolo de buena voluntad.
- Rhaenyra... Siete infiernos. Mi amor un huevo de dragón es un regalo muy preciado.
- El rey y yo le agradecemos su oferta, la consideraremos apropiadamente.- Qué dulce habla el zorro cuando lo han acorralado los sabuesos.
- Ella es sincera.
- Está desesperada. Siente como la tierra se sacude bajo sus pies. Espera que ignoremos sus transgresiones y que case a mi única hija con uno de sus hijos tan poco agraciados.
- Es una buena propuesta, mi reina. Somos una familia.
- Dejemos a un lado estas querellas infantiles. Unámonos y seamos más fuertes.
- Puedes hacer lo que quieras, esposo, cuando me haya enfriado en la tumba.- Majestad.
- ¿Qué sucede, lord Lyonel?
- Majestad, siento... He venido a renunciar a mi puesto como Mano del rey. El incidente en el patio esta mañana. Mi hijo Harwin se ha humillado y las esposas de los mercaderes en Desembarco del Rey lo divulgarán.
- El arrebato del joven Harwin fue desafortunado, es cierto. Pero la Guardia de la Ciudad lo despidió, es castigo suficiente.
- Perdóneme, majestad. No basta.
- Me has servido fielmente durante muchos años diez como Mano. Tu consejo ha sido sabio y desinteresado. Dista mucho de los anteriores.
- Son palabras amables. Pero hay una sombra sobre mi casa y crece aún más oscura. Ya no puedo servirle con integridad. ¿A qué sombra te refieres? Nómbrala, si te causa tal pesadumbre.
- Sí. Explíquese en palabras simples.
- No puedo.- Es ahora cuando más lamento la ausencia de mi padre. Él no dudaría en decirle la verdad al rey. Si Otto Hightower aún fuera Mano.
- No puede asegurar que su padre sería imparcial en este asunto. No, pero sería parcial conmigo. En todo Desembarco del Rey, ¿no hay nadie de mi lado?Vhagar, dracarys. ¡Dracarys!
Sean buenos con su madre, niños. Los visitaré cuando pueda. Pero podría tomar tiempo. Jace. Voy a regresar. Te lo prometo. Seré un desconocido cuando nos volvamos a ver.
- ¿Harwin Strong es mi padre? ¿Soy un bastardo?
- Eres un Targaryen. Es todo lo que importa.- Ya es suficiente. Nos iremos.
- ¿Qué pasará con tu oferta? ¿Jace y Helaena?
- Me han quitado autoridad y he sido su burla. Hablan de mí en los pasillos. Tengo que irme.
- ¿A Rocadragón?
- Debimos habernos ido hace años.
- ¿Y tu posición? Siempre has dicho que si dejas la corte ella derramará su miel en el oído de tu padre.
- Un marinero sabio huye de la tormenta mientras se forma.¿Qué son los hijos sino una debilidad? ¿Un sinsentido? ¿Una frivolidad? A través de ellos, se imagina que engañará a la gran oscuridad de su victoria. Que existirá para siempre de una u otra forma. Como si lo fueran a alejar del polvo. Pero por ellos, se entrega lo que no debería. Tal vez sabemos qué se debe hacer, pero el amor detiene la mano. El amor es una perdición. Es mejor andar por la vida libre de cargas según lo veo.
- La reina pide un deseo. ¿Qué sirviente del reino no se esforzaría por cumplirlo? Supongo que ahora le escribirá a su padre.
- Larys yo no deseaba esto.
- Estoy seguro que él me recompensará en el momento apropiado.Capítulo 7 "Marcaderiva"
La sal corre por la sangre de los Velaryon. La nuestra es sangre espesa. Es sangre verdadera. Y nunca debe diluirse.
- Tus primas perdieron a su madre. Les serviría un gesto amable.
- Yo también necesito esa compasión.
- Jace.
- Deberíamos estar en Harrenhal, de luto por lord Lyonel y sir Harwin.
- No sería apropiado. Los Velaryon son familia y los Strong no. Mírame. ¿Lo entiendes?- Tanto mi escaño como Marea Alta serán tuyos algún día, Lucerys. Tu hermano será el rey, por supuesto. Estará en consejos y ceremonias interminables pero el señor de las mareas gobierna el océano.
- Lo siento, pero no lo quiero.
- Es tu derecho de nacimiento.
- Si soy el señor de Marcaderiva, significa que todos habrán muerto.- Lamento mucho su pérdida, mi príncipe.
- A pesar que se hinchen con sangre, las sanguijuelas siempre quieren más.- Daemon hizo lo que creyó mejor.
- Daemon solo hace lo que es mejor para Daemon.- Estás buscando culpables por un acto de los dioses.
- Tal vez los dioses nos desprecian por nuestro insaciable orgullo.
- La corona era tuya hasta que esos tontos del Gran Consejo te la arrancaron de la cabeza. ¿Es tan terrible que tu marido haya querido recuperarla?
- Esta noche, en especial, hagamos a un lado esta falsedad. No es la justicia por tu esposa lo que te alienta, es tu propia ambición. Es tu deseo por el trono si no es para ti, para los vástagos de tu casa. Olvidé la idea de usar una corona hace una generación. Eres tú quien se rehúsa a abandonar esta búsqueda aunque te cuesten nuestros hijos.
- ¿Qué es esta efímera vida sino la búsqueda de un legado?
- Tal vez tú vives por el legado, Corlys. Quiero que Marcaderiva se herede, por el linaje de Laena, a Baela. A verdadera sangre de Velaryon. Proclámalo mientras estamos reunidos aquí, así honraremos la memoria de Laena.
- ¿Y desheredar a nuestro hijo? Él será el rey consorte. Su hijo se sentará en el trono de hierro. Me harás poner una sombra aún más oscura de la que ya hay sobre esos niños.
- Estamos solos, puedes decir la verdad que ambos conocemos. Los hijos de Rhaenyra no tienen tu sangre. Pero las de Laena sí. Ellas son su legado.
- La historia no recuerda sangre. Recuerda nombres.- Tratamos de concebir a un hijo. Hicimos nuestro deber lo mejor posible pero no funcionó. No había júbilo en ello. Lo encontré en otra parte. Se siente bien ser deseada.
- Entiendo que sir Harwin era muy leal contigo.
- Sí, es verdad. Y yo confiaba en él. Debí prohibir que sir Harwin regresara a Tierra de los Ríos. Dicen que la maldición de Harren es tan fuerte como en la conquista.
- Es un cuento de fantasmas. Uno que sir Otto y la reina explotarán.
- No puedo creer que Alicent sea capaz de asesinato.
- Todos somos capaces de depravación. Y más de lo que podrías creer.- He estado sola. Me abandonaste.
- Te lo evité. Eras una niña.
- Sí. Sí era una niña. Y mira en qué se convirtió mi vida sin ti. Toda una tragedia.
- Me pregunto qué piensas de la mía, en comparación.
- Sé muy poco de ella. ¿La amabas?
- Éramos felices.
- Eso ya es un gran logro. Lo siento.
- No lo lamentes. Al menos, se me permite llorar mi pérdida.- Jace, despierta.
- Despierta.
- Se robaron a Vhagar.- Vhagar es el dragón de mi madre.
- Tu madre murió. Vhagar tiene a un nuevo jinete.
- Yo tenía que reclamarla.
- Entonces debiste hacerlo. Tus primos te encontrarán un cerdo para volar. Te quedaría bien. Vuélveme a golpear y te devorará mi dragón. Morirán gritando en llamas como lo hizo su padre, bastardos.
- Mi padre está vivo.
- Él no lo sabe, ¿verdad, lord Strong?- ¿Quién tenía la guardia?
El joven príncipe fue atacado por sus primos, majestad.
- ¡Juraron proteger y defender mi sangre!
- Lo lamento, majestad. La Guardia Real no defiende a príncipes de príncipes.- La legitimidad del nacimiento de mis hijos fue puesta en duda.
- ¿Qué?
- Nos llamó bastardos.
- Mis hijos serán los herederos del trono de hierro, majestad. Esta es la más grande de las traiciones.- ¿Quién te dijo estas mentiras?
- Fue Aegon.
- ¿Yo?
- ¿Y tú, niño? ¿Dónde escuchaste estas calumnias? ¡Aegon! ¡Dime la verdad!
- Lo sabemos, padre. Todos lo saben. Solo míralos.- ¡Estas disputas interminables deben cesar! ¡Para todos! Somos una familia. Ofrezcan disculpas y muestren buena voluntad. ¡Su padre, su abuelo y su rey lo exige!
- Eso no basta. El daño es permanente en Aemond, mi rey. La buena voluntad no va a curarlo.
- Lo sé, Alicent.
- Pero no puedo hacer que recobre el ojo.
- No, se lo arrancaron.
- ¿Qué quieres que haga?
- Hay una deuda que debe pagarse. Tomaré el ojo de su hijo.¡Y escúchenlo todos! La lengua que cuestione el nacimiento de los hijos de la princesa Rhaenyra será cortada.
- Has ido demasiado lejos.
- ¿Yo? Solo he hecho lo que se espera de mí. Por siempre protegiendo al reino, a la familia, la ley. Mientras tú desobedeces todo. ¿Dónde está el deber y el sacrificio? Aplastados debajo de tus preciosos pies. Ahora le quitas el ojo a mi hijo y hasta de eso crees tener derecho.
- Es agotador, ¿no es así? Esconderte tras el manto de tu rectitud. Pero ahora ven quién eres, en realidad.No te lamentes por mí, madre. Fue un intercambio justo. Perdí un ojo pero gané a un dragón.
- Di a qué has venido.
. ¿A qué podría ser?
- Me he comportado de un modo inapropiado para mi posición. Para cualquier posición. Perdí la compostura ataqué a la princesa. Los rumores ya se están esparciendo, especulan que me he vuelto loca.
- Todo cierto.
- Me he deshonrado. Y logré que la protección de mi marido siempre esté de su lado.
- Aun así nunca había visto esa faceta en ti, hija mía. Incluso dudé de su existencia.
- Es horrible y me arrepiento.
- Jugamos un juego horrible. Y ahora, por primera vez, veo en ti el arrojo para ganarlo.
- Rhaenyra...
- Tú la ves como lo que es. Lo que la terquedad del rey ha forjado.
- ¿Qué va a decirme?
- Te perdonará. ¿Qué más puede hacer?Ahora ve con él, arrepentida. Defiende la injuria a tu hijo. Mantén a raya tu pasión. Y te prometo que, con el tiempo, tú y yo venceremos. Lo que Aemond ha hecho, consiguió a Vhagar para nuestro lado, e niño tiene razón. Vale mil veces el precio que ha pagado. Tendrá una cicatriz, pero va a sanar.- Debí haber estado ahí.
- Debería ser el lema de nuestra casa.
- He luchado con enemigos terribles. Pero no pude defender a mi hermana, lejos de casa y en agonía. No pude defenderte a ti.
- Siéntate.
- Aemond llamó bastardos a nuestros hijos. Te he fallado, Rhaenyra. Nuestro matrimonio...lo he intentado. Y nuestros hijos...los amo.
- Lo sé.
- Profundamente. Pero tal vez no los he amado lo suficiente.
- Esperaba dar a luz a tus hijos tras las pocas veces que nos acostamos. Las cosas habrían sido diferentes.
- Odio a los dioses por haberme hecho como soy.
- Yo no. Eres un hombre honorable con un buen corazón. Eso es poco común. Hicimos el acuerdo hace muchos años, de cumplir con nuestro deber y explorar la felicidad. Pero a veces, me parece que no pueden existir mutuamente.
- Sir Qarl pronto regresará a la batalla en los Peldaños de Piedra. Pero yo me vuelvo a comprometer contigo. Para fortalecer nuestra casa y prepararte para tu ascensión. Criaré a nuestros hijos para ser príncipes del reino.
- Laenor...
- Te mereces algo mejor de lo que he sido.Te mereces a un esposo.El fuego es un poder extraño. Todo lo que posee la casa Targaryen se lo debe a él. Pero nos ha costado a ambos lo que amamos. Tal vez los Velaryon sabían la verdad. El océano es un mejor aliado. El fuego es una prisión. El océano ofrece un escape.
- Una perversión de la justicia. El joven príncipe, deshonrado. Un ultraje.
- En efecto.
- Si es un ojo lo que desea, para equilibrar la balanza, me tiene a mí.
- Eso no será necesario. Pero su devoción no pasa desapercibida.
- Son tiempos peligrosos.
- Sin duda, llegará el día en que necesite a un amigo así. No solo con habilidad sino discreción, también.
- Esperaré su llamado, mi reina.Te necesito, tío. No puedo enfrentarme a ellos yo sola. Unamos nuestra sangre como lo hizo Aegon el Conquistador con sus hermanas. Contigo como marido y príncipe consorte mi reclamo no será confrontado fácilmente. Los Velaryon son del mar. Pero tú y yo estamos hechos de fuego. Nuestro destino siempre ha sido arder juntos.
- Yo no seré una tirana ni reinaré a través del terror.
- Un tirano solo reina usando el terror. Pero si el rey no es temido, es impotente. Para ser una reina fuerte, debes cultivar el amor y el respeto pero tus súbditos deben temerte.- Amo a Laenor.
- Entonces otórgale este gesto. Libéralo.Nosotros sabremos la verdad y nuestros enemigos no. Temerán de qué podríamos ser capaces.
Capítulo 8 "El Señor de las Mareas"
- Yo amo a mi hermano. Pero debemos hablar con honestidad. Podrían notificarnos de su muerte. ¿Y quién tomará el trono de Marcaderiva?
- Mi abuela se ve muy cómoda aquí.
- Solo gobierna en ausencia de su marido. A su muerte, el escaño se transfiere.
- A Lucerys Velaryon. Ese es el deseo de mi marido.
- Yo llevo la sangre de la Serpiente Marina el familiar más cercano que queda.
- Ten cuidado, cuñado. Eso se podría tomar como traición.- Padre, queremos presentarte a alguien.
- Daemon. Hermano. ¿Quién es él?
- Padre él es Aegon.
- Aegon.
- Y él es Viserys.
- Viserys. Ese es un nombre digno de un rey.- Te creo.
- ¿De verdad?
- Claro. Lo que me preocupa es lo puedan creer los demás. Estabas sola con el príncipe, ¿cierto?
- Sí, yo...
- Y nadie vio lo que sucedió entre ustedes. Si alguien se enterara de esto...
- No le he dicho a nadie.
- Se lo dijiste a sir Erryk, a Talya y ahora a mí. Y aunque creo que no es tu culpa, otros podrían dudarlo.
- Podrían pensar que tratabas de difamar al príncipe, o peor aún. Que eres el tipo de mujer que pudo haberlo provocado. Sabes lo que le pasa a esas mujeres.
- No pienso decir una sola palabra a nadie, majestad. Lo juro por mi vida.
- Te creo.- Tú no eres hijo mío.
- Yo no pedí esto. He hecho todo lo que me has pedido. Me he esforzado pero jamás será suficiente para ti o para mi padre.- ¿Qué sabemos nosotros de gobernar un reino?
- No lo gobierno, como bien saben. Mi padre y yo representamos la voluntad y sabiduría del rey.
- ¿Y cómo se expresa esa sabiduría? ¿Con guiños y resoplidos? Me sorprendería que recuerde su propio nombre.
- La condición del rey Viserys ha empeorado desde que estuvieron aquí. Le provoca un terrible dolor. Los maestres aconsejaron...
- Los maestres. Por supuesto.
- Son ellos los que lo tienen confundido con la leche de amapola, mientras los Hightower calientan su trono.
- Rhaenyra, si lo vieras sin ella, casi ciego por el sufrimiento.
- Alicent, no tengo duda que es un acto de misericordia. Pero dime, para aliviar el sufrimiento del rey ¿los maestres ordenaron quitar la heráldica de los Targaryen para colocar varias estatuas y estrellas, en su lugar?- ¿Qué te pasa?
- Todos nos miran. Nadie me cuestionaría como heredero de Marcaderiva si si me pareciera a sir Laenor Velaryon y no a sir Harwin Strong.
- No importa lo que piensen.- Yo amaba a tu hijo. Tal vez no lo crees, pero es verdad. Yo no ordené su muerte. Ni fui cómplice en ella. Te lo juro. Te haré una oferta.
- Apoya el reclamo de Luke y déjanos comprometer a las hijas de Laena con los míos. Baela será reina de los Siete Reinos y sus hijos serán herederos al trono. Rhaena regirá en Marcaderiva y el escaño será de los hijos de ella y Lucerys.
- Una oferta generosa. O desesperada.
- ¿Eso qué importa?
- En eso tienes razón. Eso no importa. Puedes negociar conmigo todo lo que quieras traer a mi nieta para ablandar mi decisión pero mañana, los Hightower darán el primer golpe. Harán que te arrodilles y yo debo estar de pie, sola.- Soy Rhaenyra, padre.
- Rhaenyra.
- ¿Crees que sea cierta la Canción de Hielo y Fuego? El sueño de Aegon. Tú me dijiste que era nuestro deber mantener al reino unido contra un enemigo común. Pero al nombrarme heredera, dividiste al reino. Yo pensé que lo quería. Pero la carga es muy pesada. Es inmensa.
- Mi...mi única hija...
- Si quieres que lo soporte, defiéndeme. Y también a mis hijos.- Quiero cenar, Otto.
- Es de mañana, majestad.
- Esta noche. Toda mi familia se reunirá en la Fortaleza Roja. Quiero que cenemos juntos.
- Traigan leche de amapola.
- No. Solo preparen la cena.- La historia de nuestras casas va más allá de los Siete Reinos hasta los días de la antigua Valyria. Mientras la casa Targaryen ha gobernado los cielos la casa Velaryon ha gobernado los mares. Con la caída de Valyria nuestras casas se volvieron las últimas de su clase. Nuestros antepasados llegaron a esta tierra sabiendo que, si fallaban significaría el fin de sus nombres y de nuestras líneas de sangre. He pasado toda mi vida en Marcaderiva, defendiendo el escaño de mi hermano. Soy el pariente más cercano de lord Corlys, su propia sangre. La sangre verdadera e impecable de la casa Velaryon corre por mis venas.
- Al igual que por la de mis hijos, los frutos de Laenor Velaryon. Si le importa tanto la sangre de su casa, sir Vaemond no se atrevería a suplantar a su legítimo heredero. Habla por sí mismo y por su propia ambición.
- Ya hará su petición, princesa Rhaenyra. Permita que sir Vaemond sea escuchado.
- ¿Qué sabe de sangre de Velaryon, princesa? Me cortaría las venas para mostrársela y aun así no podría reconocerla. Se trata del futuro y la supervivencia de mi casa no de la suya. Mi reina, lord Mano. Este es un asunto de sangre, no de ambición. La supervivencia de mi casa y mi linaje está por encima de todo. Humildemente, me propongo como sucesor de mi hermano. Amo de Marcaderiva y señor de las mareas.- Debo admitir mi confusión. No entiendo por qué se escuchan peticiones sobre una sucesión acordada. La única presente que podría ofrecer alguna noción sobre los deseos de lord Corlys es la princesa Rhaenys.
- Es cierto, majestad. Siempre ha sido el deseo de mi esposo que Marcaderiva sea heredado de sir Laenor a su legítimo hijo Lucerys Velaryon. Su deseo nunca ha cambiado y tampoco mi apoyo a él. De hecho, la princesa Rhaenyra recién me informó de su deseo por casar a sus hijos, Jace y Luke con las nietas de lord Corlys Baela y Rhaena. Una propuesta que apruebo plenamente.
- Bueno el asunto está resuelto. De nuevo. Por lo tanto, reafirmo al príncipe Lucerys de la casa Velaryon heredero de Marcaderiva, el trono de Driftwood y futuro señor de las mareas.- Usted puede llevar su casa como le plazca pero no decidirá el futuro de la mía. Mi casa sobrevivió a la Perdición y a mil tribulaciones posteriores. Y por todos los dioses no veré cómo termina por culpa de este...
- Dígalo.
- Sus hijos ¡son bastardos! Y ella es una golfa.
- Yo le arrancaré la lengua.- Padre.
- Por favor, mi amor. Toma algo para el dolor.
- No voy a nublar mi mente. Debo poner las cosas en orden.- ¿Oramos antes de iniciar?
- Sí.
- Que la madre sonría a esta reunión con amor. Que el herrero repare vínculos que se han roto por demasiado tiempo. Y por Vaemond Velaryon. Que los dioses le den descanso. Esta es una ocasión para celebrar. Mis nietos, Jace y Luke se casarán con sus primas, Baela y Rhaena. Para fortalecer aún más la unión entre nuestras casas. Un brindis por los jóvenes príncipes y sus prometidas. ¡A su salud!- Sabes cómo se hace el acto, ¿cierto? ¿Al menos en principio? En dónde poner la verga.
- Déjalo en paz, primo.
- Hazte el bufón si quieres pero cuida lo que dices frente a mi prometida.Tanto alegra mi corazón como me llena de dolor ver estos rostros en la mesa. Los rostros más queridos para mí en el mundo pero tan distanciados uno del otro en años pasados. Mi rostro ya no es atractivo si es que alguna vez lo fue. Pero esta noche quiero que me vean como soy. No solo un rey sino su padre.
Su hermano. Su marido. Y su abuelo. Quien, al parecer pronto dejará de caminar con ustedes. Dejemos a un lado los resentimientos en los corazones. La corona no podrá ser fuerte si la casa del dragón permanece dividida. Dejen a un lado sus querellas. Si no es por el bien de la corona que sea para darle gusto a este anciano que los ama profundamente.- Quiero alzar mi copa por su majestad, la reina. Amo a mi padre. Pero debo admitir que nadie ha permanecido a su lado con más lealtad que su esposa. Ha cuidado de él con una devoción inquebrantable con amor y honor. De ahí que tenga mi gratitud y mis disculpas.
- Su generosidad me conmueve, princesa. Ambas somos madres y amamos a nuestros hijos. Tenemos más en común de lo que a veces reconocemos. Alzo mi copa por usted y por su casa. Será una gran reina.Por el príncipe Aegon y el príncipe Aemond. No nos hemos visto en años pero tengo buenos recuerdos de nuestra niñez. Y como hombres, espero que aún seamos amigos y aliados. Por ustedes y la buena salud de sus familias, queridos tíos. Por ustedes también.
Yo quiero brindar por Baela y Rhaena que pronto se casarán. No es tan malo. En general, te va a ignorar excepto cuando esté ebrio.
- Un último tributo. Por la salud de mis sobrinos. Jace Luke y Joffrey. Todos ellos atractivos y fuertes como su padre.
- Aemond.
- Vaciemos nuestras copas por los tres jóvenes fuertes.
- Te reto a que lo digas otra vez.
- ¿Por qué? Fue un cumplido. ¿No te consideras fuerte?- Creo que será mejor que regresemos a Rocadragón.
- Pero acaban de llegar.
- Déjame llevarlos a casa. Yo regresaré en dragón.
- Al rey a y mí nos gustaría.- Lo siento. Lo siento. Querías saber si creo que es verdad.
- ¿Creer que, mi rey?
- ¿No lo recuerdas?
- Aegon.
- ¿Nuestro hijo?
- Su sueño. La Canción de Hielo y Fuego es cierto. Lo que el vio en el norte. El príncipe que fue prometido.
- No entiendo, Viserys.
- El príncipe.
- ¿El príncipe Aegon?
- Para unir al reino en contra del frío y de la oscuridad. Debes hacer esto. Debes hacerlo.
- Entiendo, mi rey.No más. Mi amor.
Capítulo 9 "El Consejo Verde"
Lo vi anoche. Antes de...me dijo que quería que Aegon fuera rey. Es la verdad. De su propia boca. Sus últimas palabras y solo yo lo escuché. Y ahora está muerto.
- Nos lamentamos por Viserys el Pacífico nuestro soberano nuestro amigo. Pero nos dejó un regalo. Con su último aliento, le dijo a la reina su último deseo. Que su hijo Aegon sea quien lo suceda como señor de los Siete Reinos. Podemos proceder con su bendición para nuestros planes.
- Sí. Hay mucho por hacer, como lo hemos discutido.- ¿Debo entender que miembros del consejo han planeado en secreto coronar a mi hijo sin mí?
- Mi reina no era necesario mancillarla con sucias artimañas.- No voy a permitirlo. Oír que conspiran para remplazar al heredero elegido del rey con un impostor.
- Su hijo primogénito no es un impostor.
- Cientos de lores y caballeros le juraron lealtad a la princesa.
- Fue hace 20 años, muchos de ellos han muertos.
- Escuchó al lord Mano. Complot o no, el rey ha cambiado de opinión.
- He vivido 76 años. Conocí a Viserys más tiempo que cualquiera en esta mesa. Y no puedo creer que haya dicho esto en su lecho de muerte con solo la madre del joven como testigo. Es usurpación. Es un robo. Es traición, por decir lo menos.- ¿Y Rhaenyra?
- La antigua heredera no puede permanecer libre ya que buscaría apoyo a su reclamo.
- Quieren encarcelarla.
- A ella y a su familia se les permitirá jurar su lealtad al nuevo rey, en público.
- Nunca se arrodillará. Y sabes que tampoco Daemon. Planeas matarlos.
- Y todos aquí aceptaron.
- Su padre tiene razón, majestad. Un contendiente vivo invita a la batalla y al derramamiento de sangre. Es desagradable, es verdad. Pero es un sacrificio necesario para asegurar la sucesión de Aegon. Y debemos considerar a Daemon.
- El rey no habría querido que...¡El rey no quería que mataran a su hija!- Sir Erryk. ¿Dónde está el príncipe?
- Disculpe, lord Mano, pero no lo sé.
- Juro protegerlo.
- Hace uso de su autoridad para apartarse y evadirme, milord. Tal vez salió de la fortaleza en secreto. Y fue a la ciudad.
- Encuéntrelo. No vaya con nadie más que su hermano. Y quítense las capas blancas. Nadie debe saber quiénes son o qué buscan. Incluyendo a la reina.
- Milord.
- Solo a mí me lo puede entregar, sir Erryk.- Viserys enmendó sus deseos es así de sencillo. Habían jurado sus estandartes a Rhaenyra ahora deben jurarlas al futuro rey.
- Debo consultar con mi casa este asunto.
- No saldrá de este salón sin manifestar su intención.
- Yo no rompo mis juramentos. No voy a arrodillarme.
- ¿Alguien más?
- La casa Fell mantiene su juramento a la princesa.
- Muy bien.- Heme aquí, recorriendo la ciudad como un buen soldado, buscando a un holgazán al que no le interesa su derecho de nacimiento. Soy yo, el hermano menor, quien estudia historia y filosofía. Soy yo quien entrena con la espada y monta al dragón más grande del mundo. Soy quien debería...
- Yo sé lo que es esforzarse por lo que a otros les es gratis.- Estás usurpando el trono.
- Fue el último deseo de mi esposo. No tiene importancia si lo crees o no. Aegon será rey. He venido a pedir tu apoyo.
- Debo darte crédito por tu audacia. La casa Velaryon es aliada de la princesa Rhaenyra desde hace mucho.
- ¿En qué les ha beneficiado? Tu hija murió sola en Pentos. Tu hijo, cornudo. Los herederos de Rhaenyra no son de él. Es tu esposo el que se aferra negligentemente al trono. Hasta él te ha abandonado. Se fue seis largos años a pelear una batalla desesperada y regresa herido de gravedad, o incluso herido de muerte. Dejó a la señora de Marcaderiva para decidir por sí sola.
- La palabra de mi casa no es voluble.
- No, pero querida prima...Tú más que ninguna otra persona entiende lo que estoy diciendo. Princesa Rhaenys, amé a mi marido, pero diré la verdad que ambas sabemos. Tú debiste haber sido reina.
- Jamás pensé escuchar esas palabras de ti.
- El trono de hierro era tuyo por sangre y temperamento. Viserys habría vivido como un señor de campo satisfecho con cazar y estudiar sus historias. Pero henos aquí. No gobernamos, pero podemos guiar a los hombres que lo hacen. Gentilmente lejos de la violencia y la destrucción, para encaminarlos hacia la paz.
- ¿Es en el nombre de la paz que me aprisionas? ¿Qué le pasó a mi dragón?
- Si nos superan, Rhaenyra podría atacarnos y se desatará una guerra. Sin tu dragón, podríamos convencerla de negociar. Tendrás Marcaderiva, si es lo que quieres. Para ti y para tus nietas. Lo heredarás a quien te plazca.
- Eres más lista de lo que creí Alicent Hightower. Una verdadera reina evalúa el costo para su pueblo. Aun así, estás al servicio de los hombres. Tu padre, tu esposo, tu hijo. No deseas ser libre, sino una ventana en la pared de tu prisión. ¿Alguna vez te has imaginado en el trono de hierro?- ¿Dónde está el príncipe?
- Está oculto y a salvo. Quiero que concluya la explotación de niños en Lecho de Pulgas. Son obligados a pelear, y peor. Sus Capas Doradas aceptan sobornos para ignorar lo que sucede. Una obscenidad tolerada o desdeñada por la corona.
- Yo me haré cargo. Le doy mi palabra.
- Cuando su plan fructifique e instale a su nieto en el trono recuerde que fui yo quien lo puso ahí. Lo pude haber matado tan fácilmente como a una mosca de la fruta. No hay más poder que el que el pueblo le permita tener.
- Lo recordaré.Huyes de lo que otros ansían, Aegon.
- ¡Suéltame! ¡No quiero ser rey! No quiero cumplir con el deber. No estoy preparado.
- Eso no lo discuto.
- Déjame ir y encontraré un barco. Cuando huya, nunca me encontrarán.- Nos hemos apoyado tantos años. Y ahora es el bien de la familia lo que ambos deseamos. Aún con diferencias, nuestros corazones siguen siendo uno.
- Nunca fueron uno. Lo veo ahora. Solo he sido una pieza que mueves en el tablero.
- Si eso es cierto, te convertí en la reina de los Siete Reinos. ¿Habrías deseado otra cosa?
- ¿Cómo saberlo? He querido lo que tú me has hecho querer.- No existe rey que no haya tenido que entregar la vida de algunos pocos para proteger la de muchos. Aunque entiendo tu aprensión.
- ¡Renuencia a matar no es una debilidad!- Majestad.
- Ya es tarde, lord Larys.
- He descubierto algo que debería saber. ¿Me pregunto si ha considerado cómo es que su padre, la Mano encontró a Aegon primero? Hay una red de espías trabajando en la Fortaleza Roja. Por sus hilos viajan noticias de todo lo que acontece. Su padre sabe esto, pero la ha conservado. Más de una vez ha resultado ventajosa para aquellos dispuestos a alimentar a su tejedora.
- ¿Y esta tejedora me observa?
- Una de las pequeñas arañas es su dama de compañía.
- ¿Talya?
- Hay muchas más como ella. Ni yo sé cuál es su número. Hay una forma de destruir su ventaja. Debe ser cortada desde la cabeza. Cuando la reina muere, las abejas vuelan sin propósito. Le pido perdón por la analogía, majestad.
- Supongo que esta tarea está dentro de su experiencia.
- Si lo desea será un hecho.- Ten la decencia de fingir agradecimiento. ¿Sabes qué se ha hecho para poder darte este día? En una hora, serás rey.
- Mi padre nunca quiso esto.
- No es cierto. Tuvo 20 años para nombrarme heredero y nunca lo hizo. Mantuvo el reclamo de Rhaenyra.
- Cambió de parecer.
- No. No. Pudo haberlo hecho, pero no fue así. Porque yo no le agradaba.
- Aun así con su último aliento, me susurró que deberías tomar su lugar en el trono.
- No juegues conmigo, madre.
- Hablo con la verdad. Escúchame, Aegon. Tu abuelo, la Mano, tratará de convencerte que Rhaenyra debe ser sacrificada. Debes rechazar este consejo. No debemos regir con brutalidad. Con todas sus faltas, es tu hermana, es la hija de tu padre...
- ¿Me amas?
- Eres un imbécil.Que el guerrero le dé valentía. Que el herrero le dé fortaleza a su espada y escudo. Que el padre lo defienda en su necesidad. Que la anciana levante su brillante lámpara e ilumine su camino a la sabiduría. La corona del Conquistador, heredada a través de generaciones. Que los Siete sean testigos. Aegon Targaryen es el verdadero heredero al trono de hierro. Salve, su majestad. Aegon segundo con el nombre rey de los Ándalos y de los Rhoynar y los primeros hombres señor de los Siete Reinos y protector del reino.
Capítulo 10 "La reina negra"
- No puedo ser el Señor de las Mareas. El abuelo fue el marinero más grande que ha existido. Yo me mareo antes que el barco salga del puerto. Lo voy a arruinar todo. No quiero Marcaderiva. Debió ser para sir Vaemond.
- No escogemos nuestro destino, Luke. Él nos escoge.
- El abuelo te dejó escoger ser su heredera. Tú nos contaste.
- Y ¿quieres saber la verdad? Estaba aterrada. Yo tenía 14 años igual que tú ahora. No estaba lista para ser reina de los Siete Reinos pero era mi deber. Y con el tiempo, entendí que tenía que ganarme mi herencia.
- No soy como tú.
- ¿A qué te refieres, mi dulce niño?
- No soy perfecto. Estoy lejos de serlo.
- Mi padre cuidó de mí y me ayudó a prepararme para mis deberes. Tu madre hará lo mismo contigo.Viserys está muerto. Lamento esta perdida contigo, Rhaenyra. Mi primo tu padre poseía un corazón amable. Pero hay más. Aegon ha sido coronado como su sucesor.
- Pudiste haber quemado a todos. Se desatará una guerra por esta traición.
- Pero no es mi lugar iniciarla. Solo vine a advertirte por la lealtad a mi esposo y a mi casa. Los Verdes vendrán por ti, Rhaenyra y por tus hijos. Abandona Rocadragón de inmediato.Vengo en paz, hermanos. Juro proteger a la reina con todas mis fuerzas y dar mi sangre por la de ella. No tomaré esposa no tendré tierras ni engendraré hijos. Guardaré sus secretos obedeceré sus órdenes cabalgaré a su lado, defenderé su nombre y su honor. Mi reina. La reina Rhaenyra Targaryen primera con el nombre reina de los Ándalos y los Rhoynar, y los primeros hombres señora de los Siete Reinos y protectora del reino. Majestad.
- Disculpe mi franqueza, majestad, pero hablar de hombres es irrelevante. Su causa posee un poder que no se ha visto en el mundo desde los días de la vieja Valyria. Dragones.
- Los Verdes tienen dragones.
- Tienen tres adultos, hasta donde sé.
- Nosotros a Syrax, Caraxes, Meleys. Sus hijos tienen a Vermax, Arrax y Tyraxes. Baela tiene a Danzarina Lunar.
- Ninguno ha estado en una guerra.
- También hay dragones sin reclamar. Bruma aún está en Marcaderiva. Vermithor y Ala de Plata moran en Montedragón aún sin jinete. Y los tres dragones salvajes, todos con nido aquí.
- ¿Y quién va a montarlos?
- Rocadragón tiene a trece contra sus cuatro.- Vengo por orden de la reina viuda Alicent madre del rey Aegon, segundo con el nombre señor y protector de los Siete Reinos. Se me ha pedido que entregue su mensaje solo a la princesa Rhaenyra. ¿Dónde está la princesa?
- Ahora soy la reina Rhaenyra. Y todos ustedes son traidores al reino.- El rey Aegon Targaryen segundo con el nombre con su sabiduría y deseo por la paz ofrece términos. Reconozca a Aegon como rey y jure obediencia ante el trono de hierro. A cambio, su majestad confirmará su posesión de Rocadragón. Será heredado a su legítimo hijo, Jacaerys, cuando usted muera. Lucerys será confirmado legítimo heredero de Marcaderiva y de todas las tierras y posesiones de la casa Velaryon. Sus hijos con el príncipe Daemon también tendrán puestos de gran honor. Aegon el Joven como el escudero del rey y Viserys como su copero. Y el rey, en su infinita gracia perdonará a cualquier caballero o lord que haya conspirado contra su ascenso.
- Preferiría alimentar a los dragones con mis hijos antes de dejar que carguen escudos y copas para ese puto y ebrio usurpador de la corona.- Aegon Targaryen se sienta en el trono de hierro. Usa la corona del Conquistador, blande la espada del Conquistador tiene el nombre del Conquistador y fue coronado por el Septón de la Fe ante la mirada de miles. Cada símbolo de legitimidad le pertenece a él. Y están los Stark, los Tully, los Baratheon. Casas que también han recibido y que en este momento están considerando términos generosos de su rey. Los Stark, Tully y Baratheon me juraron lealtad cuando el rey - Viserys me nombró su heredera.
- Rancios juramentos que no le darán el trono de hierro, princesa. La sucesión cambió el día en que su padre engendró a un varón. Lamento que él y usted fueran los últimos en ver la verdad.
- No es más la Mano ni Aegon es rey. Maldito traidor.- La reina Alicent no ha olvidado el amor que alguna vez se tuvieron. La sangre no debe correr. El reino puede continuar en paz. La reina Alicent espera su respuesta.
- La tendrá ahora, embutida en la boca de su padre, con su flácida verga.- Viserys me hablaba de las historias de Valyria y las conozco bien. Cuando los dragones volaron a la guerra todo ardió. No deseo regir un reino de cenizas y huesos.
- ¿Considera los términos de los Hightower, majestad?
- Como reina, ¿cuál es mi verdadero deber con el reino, lord Bartimos? ¿Asegurar la paz y la unidad o sentarme en el trono de hierro, sin importar el costo?
- Ese es tu padre hablando.
- Mi padre está muerto. Y me eligió sucesora para defender al reino, no llevarlo a una guerra.- No puedes arrodillarte ante los Hightower. Se robaron tu derecho. Si pudieras tomar el trono de hierro sin empalar a Otto Hightower, ¿lo harías? ¿No estás enojada?
- ¿Debo ir a la guerra por enojo?
- No, porque es tu deber como reina acabar con una rebelión.
- Sabes que mi juramento abarca más que mis ambiciones personales. La Canción de Hielo y Fuego.
- ¿Qué?
- La guerra próxima contra la oscuridad en el norte. El sueño del Conquistador. Viserys me lo dijo al nombrarme heredera.
- Mi hermano era esclavo de sus profecías y presagios. Lo que fuera para que su inútil reinado pareciera tener un propósito. Los sueños no nos hicieron reyes. Los dragones sí.
- Él nunca te lo dijo ¿o sí?- Tú no eres un hombre. Me abandonaste cuando más te necesitaba. Nos arrebataron a nuestros hijos. Yo te necesitaba. Baela y Rhaena te necesitaban y nos dejaste por más aventuras en el mar. Siempre has sido así.
- No tenía otro lugar al cual ir. Lo perdí todo.
- Lo perdimos, Corlys. Ambos.- El Extraño arroja una larga sombra sobre esta familia. Tu hermano también está muerto. En su prisa por enterrarte y reclamar tu escaño se presentó ante el rey y denunció a los hijos de Laenor como ilegítimos. Daemon lo decapitó por ello.
- La ambición imprudente ha sido siempre la debilidad de los Velaryon. Tenías razón, Rhaenys. Fui demasiado lejos y por nada. Nuestra búsqueda por el trono de hierro ha acabado. No nos declararemos a favor de nadie y nos retiraremos a Marea Alta a disfrutar de nuestros nietos.
- Jace, Luke y Joff son solicitantes al trono. Esos niños no estarán a salvo mientras Aegon sea rey.
- Rhaenyra fue cómplice en la muerte de nuestro hijo. Esa joven destruye todo lo que toca.
- Esa joven mantiene unido al reino, por el momento. Todos los hombres alrededor de su mesa insisten que lleve al reino a la guerra. Rhaenyra es la única que ha demostrado control.- Esperar es el aliado de un tonto.
- Los Arryn y los Baratheon comparten sangre con mi casa pero todos me hicieron un juramento.
- Al igual que la casa Hightower, según recuerdo.
- Igual que usted, lord Corlys.
- El reinado de su padre fue uno de justicia y honor. Nuestras casas están unidas por sangre y causa en común. La traición de los Hightower no se permitirá. Tiene todo el apoyo de nuestra flota y de nuestra casa. Majestad.
- Me honra, lord Corlys. Princesa Rhaenys. Pero como le he dicho a mis abanderados le prometí a mi padre que mantendría el reino fuerte y unido. Si se ha de desatar una guerra, no será iniciativa mía.
- ¿No piensa actuar?
- Tomar precaución no significa no hacer nada.- Los dragones vuelan más rápido que los cuervos y son más convincentes. Envíanos.
- El príncipe tiene razón, majestad.
- Muy bien. El príncipe Jacaerys volará al norte. Primero a Nido de Águila a ver a la prima de mi madre, lady Jeyne Arryn y luego a Invernalia para tratar con Lord Cregan Stark el apoyo del norte. El príncipe Lucerys volará al sur, a Bastión de Tormentas para hablar con lord Borros Baratheon. Debemos recordar a estos lores los juramentos que hicieron. Y el costo de romperlos. Se dice que los Targaryen estamos más cerca de los dioses que de los hombres. El trono de hierro tal vez nos acerca más. Pero si vamos a servir a los Siete Reinos debemos responder a sus dioses. Si cumplen con esta misión, lo harán como mensajeros no como guerreros. No deben participar en ninguna pelea. Júrenlo ahora bajo la mirada de los Siete.- Bastión de Tormentas está a poca distancia de aquí. Tú tienes sangre de Baratheon por tu abuela, Rhaenys. Y lord Borros es un hombre eternamente orgulloso. Se sentirá honrado de recibir a un príncipe del reino y a su dragón. Imagino que recibirás una bienvenida calurosa.
- Sí, madre. Majestad.- Lord Borros le he traído un mensaje de mi madre la reina.
- Pero esta mañana recibí a un enviado del rey. ¿Cuál es? ¿Rey o reina? La casa del dragón parece no saber quién la gobierna.- Si hago lo que tu madre pide ¿con cuál de mis hijas te casarás niño?
- Lord, no estoy libre para casarme. Ya estoy comprometido.
- Así que, vienes con las manos vacías. Vuelve a casa, cachorro y dile a tu madre que el señor de Bastión de Tormentas no es un perro al que puede llamar para enfrentarlo a sus enemigos.- ¿En verdad crees que puedes volar por el reino tratando de robar el trono de mi hermano sin costo alguno?
- No pelearé contigo. Vine aquí como mensajero, no como guerrero.
- Una pelea sería un reto vacuo. No. Quiero que pierdas un ojo. Como pago por el mío. Con uno basta. No te dejaré ciego. Será un regalo para mi madre.¡En mi salón no! El niño vino como un enviado. No se derramará sangre bajo mi techo. Lleven al príncipe Lucerys con su dragón.